Si hay una quinta espero que la haga Gus Van Sant. La haría encima de un arbol con su cuchillo preparado atado a un palo a modo de lanza mientras observa en un eterno plano secuencia como un cerdo salvaje come bellotas. Rápidamente habría quien asegurase que las bellotas representan las almas de los oprimidos mientras el gran cerdo de la tiranía acaba con ellas. Final abierto por supuesto.