La útlima vez que me bañe desnudo en una playa. Fué en Cantabria, este pasado otoño, a las 3 de la mañana, música de los Doors de fondo y una botella de cava en la mano. Ya se ha tornado en una costumbre.

La sensación de bañarse desnudo en plena noche y mas si cabe en una playa donde no hay luces, ni edificios ni nada que te distraiga. Es como volver al mundo limpiado de toda la basura de tu cabeza y con el contador de vida, de nuevo a 0. Es una sensación como de bautizo si eso existe.

Nota: El agua a poder ser del Atlántico. Lo hice en el Mediterraneo y salí con la sensación de que me habia bañado en un cubo de orines calentitos de niño.

Nota: El viejo de la foto y yo, ahora somos pareja de hecho. Fué convincente.


Un abrazo!