Esta es una película en la que, independientemente de todos los análisis sesudos que se puedan hacer de su gramática cinematográfica y tal y tal, el sentimiento que despierta se puede resumir de manera muy sencilla y sucinta:
CÓMO MOLA.
Yo tuve la suerte de poder verla en un IMAX auténtico en 3D, y me lo pasé como un enano.
(y no, no tiene necesariamente que ver con todo el juego nostálgico y metareferencial, la peli se disfruta enormemente prescindiendo de todo eso por su puro vigor visual y cinematográfico)