RICCARDO FREDA
Aunque tiene más reconocimiento que los anteriores por parte de la crítica y la cinefilia, la fama de Riccardo Freda parece en realidad exclusivamente asentada por una película, "El horrible secreto del doctor Hitchcock" (al menos en cuanto al género fantástico, porque también tiene algún clásico en el cine de aventuras), pero posee Freda algunos otros títulos cuanto menos meritorios.
EL HORRIBLE SECRETO DEL DR. HICHCOCK (1962)
Obra Maestra del gótico italiano y, junto a “La Frusta e il Corpo (1963) de Mario Bava, la punta de lanza de la perversión sado-sexual en el cine de terror (también se podría incluir, para completar terceto, el rollo lésbico y espectros de eminente deseo sexual, de “Danza macabra (1964)” de Sergio Corbucci / Antonio Margheritti).
Londres, 1885. Hichcock (Robert Flemyng) es un galeno que solo obtiene libido sexual con cuerpos de mujeres muertas o que al menos lo parezcan, por lo que droga habitualmente y con consentimiento a su mujer, hasta que un día se excede por error, muriendo ella. Años después, el doctor vuelve a su caserón con una nueva esposa (Barbara Steele).
Al parecer, la censura eliminó (y es irrecuperable) parte de metraje explícito, llegando el director a afirmar que dudaba que los espectadores entendieran la película, pero la verdad es que resulta nada abrupta ni arrítmica, sí “sutil” (imaginando lo que sería en principio) pero bastante y suficientemente clara en todo momento. Deliciosas atmósfera fúnebre y fotografía (de Raffaele Masciocchi) de colorido siniestro, para un conjunto que hace sonar gritos en la mente del espectador con una palabra: “Poe”, en uno de los mejores acercamientos en cine al espíritu y estética del escritor; y tono operístico -con música de ópera, grandes cortinajes negros, rojos, azules…- muy del gusto del director, repetido en otras películas. Entre las tribulaciones del doctor, gozamos de un buen puñado de elementos típicos, pero manejados con habilidad y gran fuerza: espectro con velo y que toca el piano, hallarse prisionero en ataúd, paseos nocturnos en camisón y con candelabro, criada con secreto, gato negro etc. Quizá el climax final es algo precipitado, con héroe a salvar a dama en apuros y escaladas por balcones, que parece de film de aventuras (el otro género predilecto de Freda), pero no resta para el calificativo de joya refulgente e indispensable dentro del cine de horror.
LO SPETTRO (1963). Creo que a la amiga Jane Olsen no le habia gustado esta pelicula, y es cierto que la "sorpresa" final puede molestar a muchos, aunque para mi vale por su deliciosa visión negrísima y malvada que imprime el director hacia sus tres odiados –se nota-personajes, extendiéndose como idea de la condición humana. La historia per se en realidad no es muy destacable: el típico triángulo amoroso con venganza desde ultratumba tipo “Tales from the Crypt” y comics hermanos. Supuesta, vendida continuación de “El Horrible Secreto del Dr. Hichcock”–aunque nada que ver con ella en realidad- donde Freda cambia el tono, emocionalmente exaltado y siniestramente colorido de aquella, por algo mucho más sobrio y oscuro –más anglo que italiano- pero que no cambia el estar ante un notable producto de terror gótico de la década prodigiosa del subgénero . Aparte, un buen puñado de escenas de horror potentes, muy vistas ahora pero seguro no entonces: fantasma ahorcado, silla de ruedas cayendo por escalera y LA Aparición, terriblemente efectiva. Ineludible para fans del gótico añejo, el bueno.
TRÁGICA CEREMONIA EN VILLA ALEXANDER (1972). Unos adolescentes (esa edad que ya empezaba a despuntar como protagonistas del cine de terror en aquellos años) se topan con una mansión en el campo, cuyos extraños habitantes descubrimos pronto que practican rituales satánicos; tras una reyerta en la que no falta gore (esa cabeza partida, y hay más cosillas virulentas en el posterior metraje) los chicos escapan, pero para ser perseguidos por lo que parece un fantasma vengativo. Mezclando el cine con adolescentes, su querido gótico y las ghost-stories, Freda crea una locura divertida (supongo que en realidad no apta para los que quieran cosas "serias", como las dos reseñadas anteriormente), en la que conviven el toque atmosférico añejo con la ambientación más contemporánea y modos "modernos". Y , claro, la cosa termina con la habitual bilis del director. Simpática y entretenida.
FOLLIA OMICIDA (1980). Testamento cinematográfico de Fredda, que volvía al giallo, en este caso mezclado con el gótico sobrenatural. Como en “Trágica Ceremonia en Villa Alexander”, tenemos ratos de brillantez con otros de vulgaridad, pero el resultado es muy superior a sus otros dos fríos y más despersonalizados giallos ("A doppia faccia" y "La iguana de la lengua de fuego", que no vale mucho la pena comentar, para mi gusto, pese a la -fría- corrección de la primera, y algún vistoso momento violento de la segunda). Tenemos sus habituales ráfagas de ambiente gótico -incluido susurros misteriosos y cortinajes mecidos al viento-, asesinatos gore bastante truculentos, delirantes escenas oníricas con misas negras y arañas gigantes (!), un aire muy nihilista típico de las últimas obras de este tipo de directores (ver la parecida, en ese sentido, "Bahía de sangre" de Mario Bava) y plano concluyente imitando a la Piedad de Miguel Ángel. Casi ná. Menor, grotesca e irregular, pero apreciablemente bizarre y simultáneamente divertida y tremebunda.




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), en la que conviven el toque atmosférico añejo con la ambientación más contemporánea y modos "modernos". Y , claro, la cosa termina con la habitual bilis del director. Simpática y entretenida.
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. Otra fan de este poéticamente inquietante cuento con resonancias de Poe y Frankenstein, sombras de incesto, hijas encerradas, amores imposibles y experimentos chungos.
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