Ahí le has dado, Fincher: el remake de marras podría caer en manos de un buen equipo y ser disfrutable, pero lo que duele es que se exploten los residuos de popularidad del cine de Carpenter mientras a él se le tiene en el ostracismo. Amén del desprecio a veces implícito en la idea de un remake, al estilo de "no estuvo mal esa peli en su momento, pero hoy en día se puede mejorar muchísimo". De ahí que no leamos proyectos de remakear "Encuentros en la tercera fase", "Tiburón" o "E.T.". A Spielberg sí se le tiene respeto, mientras que a Carpenter se le ve como una vieja gloria que nunca llegó a despegar del todo, y, por tanto, carne de remake.