A mí, Mac Gyver, cuando la veía de cría allá por los ochenta, me parecía la bomba. Pero me pasa lo mismo que a Duck: hace poco he vuelto a ver algún capítulo y me ha parecido bastante infumable. Es algo que me ha pasado con casi todas las series míticas de mi infancia cuando las he vuelto a ver de mayor. La única excepción: Ulises 31, que me he vuelto a ver hace poco, y que me sigue pareciendo la caña (le da cien vueltas al 90 por ciento de las series de animación para público más o menos infantil que se hacen hoy en día). Pero las demás, El equipo A, El coche fantástico, Willy Fogg... en general no han soportado bien el paso del tiempo.