Es que hay dos clases de entendidos; los de cinefilia y los de cinefobia.
Los de cinefilia escriben su parrafada sobre un director o una película que les ha gustado mucho, e intentan hacer partícipe de su descubrimiento a los demás explicándoles el motivo de que una determinada obra cinematográfica (o del campo que sea) les haya entusiasmado, con la esperanza de que -a lo mejor- otros le lean y descubran a su vez algo que a ellos les ha hecho pasar un rato de gozo.
Y luego están los de cinefobia (que también pueden ser denominados "los amargaos", "los tristes" o "los tocapelotas"), que dedican todo su tiempo y energías a explicarles a los primeros que no se enteran, utilizando argumentos tipo "eso es una mierda", "pues vaya truño" o "ese director está sobrevalorado", ...aunque naturalmente no lo hacen con directores/películas de tan bajo nivel que a nadie interesan en realidad -eso no tendría gracia y no tocaría las pelotas a nadie-, sino con obras y autores de prestigio. Por ejemplo; no llaman la atención de nadie si dicen "Uwe Boll es un petardo y House of the deads un truño" por lo que prefieren entornar la mirada y dejar caer algo como "John Ford está muy sobrevalorado y La Diligencia es vulgar y aburrida".
De lo que no se dan cuenta es de que...
1) su opinión no interesa realmente a casi nadie (ya que nadie deja de ver una peli que le apetezca porque otro diga que no le ha gustado, ...puede que incluso al revés!)
2) se definen a sí mismos (yo no iría por la vida diciendo en voz alta cosas como "los Beatles no tenían ni idea de música", por ejemplo)
Pero en fin, ...allá cada cual con sus palabras, que como hay libertad de expresión eso implica -sin duda- que la opinión de todos es igual de interesante.
Ale!, ya podéis seguir con Kubrick, Hitchcock, Kurosawa o quien os parezca.