Pues yo jugaba con la radio apagada. El ruido, más que interferencias parecia un martillo neumático. Más que inquietar, molestaba, rompiendo la atmósfera. Mucho mejor desconectada y disfrutar del silencio atronador, eso si que acojonaba sin avisos que te dijeran que tienes un enemigo cerca, aunque no lo veas.