Prepara un carro de palomitas; yo me he zampao hasta el cortometraje jeroglífico de Leni; no me he enterao de ná, pero he gozado como un cura poseso viendo un corto experimental de 1925 en el sillón de casa.
Mañana voy a la fnac y les doy cinco euros más, que 19 euros me sabe a poco para los ratos que llevo echaos con esto desde hace dos días. Y lo que me he ahorrao en entradas pal cine, porque no he salído de casa. La segunda vez que me la he puesto me ha acompañado mi retoño, que afirma que la música es muy bonita y que le gustan más las películas en las que no hablan; dice que es muy divertida (ha sabido ver los grandísimos ramalazos de comedia que tiene este peliculón).
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