THE DEVIL RIDES OUT (1968)
Director: Terence Fisher.
Productor: Anthony Nelson Keys.
Productores adjuntos: Peter Daw y Michael Stainer-Hitchens (no acreditados).
Producción: Hammer Film Productions Ltd. / Associated British-Pathe Ltd.
Distribución: Warner-Pathe Distributors Ltd.
Guion: Richard Matheson, basado en la novela “El talismán de Set” de Dennis Wheatley (Londres, 1935). [Serializada previamente en el periódico “The Daily Mail” en once entregas, del 31 de octubre al 12 de noviembre de 1934].
Fotografía: Arthur Grant, en Technicolor y formato panorámico (1.66:1).
Diseño de producción: Bernard Robinson.
Música: James Bernard, supervisada por Philip Martell.
Montaje: Spencer Reeve, supervisado por James Needs.
Reparto: Christopher Lee (Duc de Richleau), Charles Gray (Mocata), Nike Arrighi (Tanith [Carlisle]), Leon Greene (Rex [Van Ryn]), Patrick Mower (Simon [Aron]), Gwen Ffrangcon-Davies (Condesa), Sarah Lawson (Marie [Eaton]), Paul Eddington (Richard [Eaton]) y Rosalyn Landor (Peggy [Eaton]).
Presupuesto: 285.000 libras esterlinas.
Rodaje: del 7 de agosto al 29 de septiembre de 1967.
Duración: 1:36:02 (Copia en BD editada por StudioCanal (Reino Unido) en 2012).
Estreno: 21 de julio de 1968 (en programa doble junto a MUJERES PREHISTÓRICAS, de Michael Carreras).
El mayor problema con el que se enfrentó THE DEVIL RIDES OUT – cinta, como tantas otras del maestro (y de la propia Hammer), inédita en salas comerciales en nuestro país – en el momento de su estreno, no tanto en suelo patrio como a nivel internacional (léase el mercado norteamericano), fue la coincidencia en las carteleras con la mucho más inquietante (y mejor construida, todo sea dicho) LA SEMILLA DEL DIABLO (1968), tal vez la obra maestra de Roman Polanski, basada en la igualmente exitosa (y mucho más reciente) novela de Ira Levin (Nueva York, 1967).
Seguramente para el público de la época le parecía mucho más atractiva una película que acontecía en el Nueva York de los años ‘60 que otra que tenía como coordenadas espacio/temporales el Londres (y el sur de Inglaterra) de los años ‘20.
Además la novela de popular escritor británico Dennis Wheatley (1897-1977) formaba parte de una serie protagonizada por el Duque de Richleau (encarnado magníficamente en la película por el gran Christopher Lee) de la que “El talismán de Set” era la segunda entrega.
- Cubierta de la primera edición, Hutchinson, Londres, 1935 -
- Aguilar, Madrid, 1962 [¡Ojo!, no es la primera edición, pero siempre he tenido un gran afecto por la colección El Lince Inquieto]. -
En 1963 los productores Peter Daw y Michael Stainer-Hutchins compraron los derechos de varias obras de Wheatley, dos de las cuales, “The Devil Rides Out” (1935) y “To the Devil - a Daughter” (1953), serían llevadas a la gran pantalla por la Hammer en 1968 y 1976, respectivamente, siendo además esta última el adiós de la compañía al cine de terror que tanta fama (y réditos económicos) le había proporcionado.
- Cubierta de la primera edición, Hutchinson, Londres, 1953 -
- Por su parte, el también productor Michael Carreras (que había abandonado el estudio en 1960 por desavenencias con su padre, Sir James Carreras) hizo lo propio con los derechos de “Uncharted Seas” (1938), una novela no de terror sino de aventuras y que el mismo dirigiría de forma casi solapada con la cinta hoy comentada (ver cuadro final adjunto) bajo el título THE LOST CONTINENT (1968). -
- Cubierta de la primera edición, Hutchinson, Londres, 1938 -
Christopher Lee, que no sólo conocía al escritor sino que casi vivían puerta con puerta, fue quien convenció primero a este y luego a la Hammer para que esta coprodujese con los mencionados Daw y Stainer-Hutchins (que ejercen, siquiera de forma anónima, como productores adjuntos) la traslación a la gran pantalla de la que él consideraba su mejor novela, “El diablo cabalga”, que sería la traducción más ajustada a la lengua cervantina…
… y que en los EUA se titularía THE DEVIL’S BRIDE para, por un lado, no confundirla con un western (¡!) y, por otro lado, para subirse al formidable éxito de taquilla de la polanskiana ROSEMARY’S BABY (leáse LA SEMILLA DEL DIABLO)…
El encargado de elaborar el libreto fue el excelente escritor norteamericano Richard Matheson (1926-2013) quien ya había colaborado previamente con la Hammer en dos proyectos bien distintos, uno el fallido NIGHT CREATURES, basado en su espléndida novela “Soy leyenda” (1954) y otro el thriller TE ESPERA LA MUERTE, QUERIDA (1965), de Silvio Narizzano.
- Por cierto, ya habrá tiempo… espero… de hablar de NIGHT CREATURES aunque sea en el rincón de cuyo nombre no quiero acordarme… -
Veamos lo que el propio escritor comentaba sobre THE DEVIL RIDES OUT…
Mick Martin: THE DEVIL RIDES OUT, producida por la Hammer, es otro clásico del género. ¿Qué opina de ella como guionista.
Richard Matheson: Creo que el reparto es cuestionable, aunque Christopher Lee estaba excelente, y Charles Gray también. Respetaron mi guion palabra por palabra, excepto por problemas de producción. Por ejemplo, la escena del caballo que aparece cuando están en el círculo fue filmada pero no montada. *
Entrevista realizada por Mick Martin y publicada en la revista norteamericana "Cinefantastique" (Volumen 3, Número 2, 1974).
* Aquí le falla la memoria a Matheson puesto que la mencionada escena sí que aparece en la película, al menos en la copia que podemos visionar hoy en día.
Curiosamente y pesar de hablar del Demonio y de sectas satánicas la película no tuvo el menor problema con el organismo censor británico, el British Board of Film Censors (BBFC)
De hecho, THE DEVIL RIDES OUT fue la única película de terror de la Hammer que no sufrió ningún tipo de corte.
El propio secretario del organismo, John Trevelyan, cuya nombre aparece en la cartela que antecede a los títulos de crédito de la película…
… felicitaba efusivamente en un carta fechada el 22 de abril de 1968 a Sir James Carreras por la misma y le deseaba el mejor de los éxitos en taquilla (“I think this is probably the best Hammer picture that I have seen, and I think that it should be a great commercial success”).
Ver para creer.
Una película en la que intervino buena parte del equipo técnico de la anterior cinta del director, la recientemente comentada FRANKENSTEIN CREATED WOMAN (1967), como el productor Anthony Nelson Keys, el director de fotografía Arthur Grant, el diseñador de producción Bernard Robinson, el compositor James Bernard o el montador Spencer Reeve.
Y si en la tercera entrega fisheriana del Barón teníamos al gran Peter Cushing, en esta ocasión el protagonista recae en la otra gran estrella de la compañía, el siempre impecable (y elegante) Christopher Lee.
E igualmente, si el héroe de la función es el Duc de Richleau encarnado por Lee, el villano, Mocata (que no Bocata, que ya os veo venir a alguno…), una especie de trasunto del famoso ocultista Aleister Crowley (1875-1947), adquiere los rasgos del igualmente atractivo Charles Gray, al que los fans de las películas de James Bond (entre los que no me cuento, ya lo siento) le recordarán por su papeles en SÓLO SE VIVE DOS VECES (1967) y DIAMANTES PARA LA ETERNIDAD (1971), 5ª y 7ª entrega, respectivamente, de la (para mí incomprensiblemente) exitosa serie.
El compañero de fatigas del Duc de Richleau (la verdad es que el nombre se las trae…) es Rex Van Ryn, encarnado por un Leon Greene que venía de hacer de Pequeño John en A CHALLENGE FOR ROBIN HOOD (1967), de C. M. Pennington-Richards, pero cuya voz tuvo que ser doblada por el también actor Patrick Allen, que mira (tú) por dónde, era el marido en la vida real de Sarah Lawson, que aquí interpreta a Marie, sobrina del Duc y madre de Peggy (Rosalyn Landor), cuyo sacrificio haría posible obtener el todopoderoso Talismán de Set, que es como se tradujo la novela en nuestro país.
A pesar de que todos los que participaron de manera activa (Terry Fisher, Richard Matheson, Christopher Lee) o pasiva (el propio Wheatley, que asistió gustoso al rodaje) en la película quedaron plenamente satisfechos con los resultados conseguidos lo cierto es que la película no puede considerarse entre las grandes obras del director.
Expongo a continuación algunos de los motivos, aparte del ya indicado de su coincidencia en la cartelera con la (muy) superior LA SEMILLA DEL DIABLO.
Uno.
La relación amorosa entre Rex (como decía doblado por Allen, al parecer porque su voz era demasiado cantarina…) y Tanith (una atractiva y frágil Nike Arrighi)...
... apenas está esbozada, lo cual es un serio hándicap puesto que primero la muerte de esta y luego su regreso “de entre los muertos” es la clave del final de la historia, en una vuelta de tuerca digna de SUPERMAN (1978), de Richard Donner.
Tampoco se entiende la obsesión de Mocata por la conversión de Simon (Patrick Mower) a su causa y más teniendo en cuenta que es el protegido del Duc y de Rex, quienes junto a su fallecido progenitor formaron parte de la famosa Escuadrilla Lafayette y al que defienden con uñas y dientes...
... pero sobre todo usando los conocimientos que sobre la materia tiene el personaje encarnado por Lee...
Y, por supuesto, lo escasamente verosímil de los efectos especiales usados (cortesía, por cierto, de
Michael Stainer-Hutchins, uno de los productores de la película) y eso que han sido “retocados” (algo que soliviantó a buena parte de los aficionados a La Casa del Terror) en la copia restaurada que podemos visionar hoy en día.
Y es que ya lo decía el propio Christopher Lee en el boletín de su club de fans fechado en diciembre 1967/enero 1968 y que como todos domináis la lengua de Shakespeare ni me molestaré en traducir…
“It is absolutely vital that the special effects should be first class as they are an essential part of the story and involve apparitions of different kinds, such as the appearance of the Devil in the form of a goat, and the Angel of Death on horseback. I have high hopes for this film, and it will prove, once and for all that I can be accepted in a completely normal role”.
Esa visión del Ángel de la Muerte a caballo sería lo que daría lugar al título tanto de la novela como de la película.
Es una lástima que la magnífica secuencia final, de largo lo mejor de la película, con los protagonistas (el Duc de Richleau, Simon, Marie y su esposo Richard (Paul Eddington)) protegidos en el círculo dibujado por el primero y sometidos a ataques de entidades diabólicas de todo tipo se vea notablemente deslucida por, como decía, los paupérrimos efectos tanto especiales como de maquillaje y eso a pesar del regreso (siquiera temporal) del gran Roy Ashton, quien no pisaba un plató de la Hammer desde los tiempos de THE REPTILE.
Pese a esa “mejora” en los efectos especiales la secuencia, magníficamente planificada y rodada por Fisher, sigue siendo escasamente inquietante, algo que sí logró plenamente Polanski haciendo suya la máxima de Jacques Tourneur, uno de los más grandes maestros del cine fantástico de todos los tiempos.
O sea, más sugerir y menos mostrar.
De todas formas THE DEVIL RIDES OUT, la 27ª cinta de Terence Fisher para la Hammer, sigue siendo una buena película, a la que quizás el paso del tiempo no le ha sentado bien (aunque yo diría que ya nació un tanto obsoleta viendo el rumbo que empezaba a tomar el cine de terror de la época, con títulos como el arriba referido o LA NOCHE DE LOS MUERTOS VIVIENTES (1968), de George A. Romero, mucho más contundentes tanto en la forma como en el contenido) y donde destaca por encima de todo la espléndida labor de Christopher Lee y la obstinada (y admirable) testarudez del cineasta británico empeñado en seguir elaborando sus “cuentos de hadas para adultos” contra viento y marea.
Y un último pensamiento a vuelapluma.
Esa puesta en escena, de la que antes hablaba, basada en el cruce de miradas entre los protagonistas...
- Marie -
- Mocata -
- Tanith -
... y que nos recuerda a los poderes hipnóticos de un noble de origen transilvano bien conocido por todos...
O el hecho curioso que las tres protagonistas (Tanith, Marie y Peggy) vistan de rosa...
Buenas noches y, buena suerte.
Y la próxima entrega…
… ¡FRANKENSTEIN DEBE SER DESTRUIDO!
… o para que nos entendamos… EL CEREBRO DE FRANKENSTEIN…
Si las autoridades, mi salud, el tiempo y mi carta astral me lo permiten…
Agur.
…
Producciones de la Hammer rodadas en 1967:
- ¿QUÉ SUCEDIÓ ENTONCES? / Roy Ward Baker
- A CHALLENGE FOR ROBIN HOOD / C. M. Pennington-Richards
- THE ANNIVERSARY / Roy Ward Baker
- THE VENGEANCE OF SHE / Cliff Owen
- THE DEVIL RIDES OUT / Terence Fisher
- THE LOST CONTINENT / Michael Carreras
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, de 1,66:1.
