Personalmente prefiero al Bergman "adulto" y más maduro por encima del de sus inicios. De ahí que mis películas favoritas del director sueco sean (no necesariamente en este orden) Secretos de un matrimonio (1973), Gritos y Susurros (1972) y Sonata de Otoño (1978). Seguidas muy de cerca por una película perteneciente a una etapa anterior como "Persona" (1966).
A "Gritos y Susurros" hay que cogerle el punto. Es una película muy densa, parca en su desarrollo pero magníficamente realizada. Las actrices están extraordinarias y, en mi caso concreto, pasa el tiempo y le sigo dando vueltas a semejante "tragedia" en mi cabeza. El poso que deja resulta desgarrador. Bergman en estado puro.