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Tema: Revisitando a Ingmar Bergman

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  1. #11
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    Predeterminado Re: Revisitando a Ingmar Bergman

    Después de que la angustia por la guerra haya aparecido en diversas ocasiones en la filmografía de Bergman (la Alemania desolada de La sed, la obsesión suicida del personaje de Max von Sydow en Los comulgantes, el ambiente de preparación para la guerra de El silencio, e incluso el paisaje apocalíptico de El séptimo sello, o el substituto del trauma de guerra de Música en la oscuridad, o el clima de guerra fría de Esto no puede ocurrir aquí), en La vergüenza se nos muestra en primer plano.

    Los Rosenberg, Eva y Jan (Liv Ullmann y Max von Sydow), dos músicos que han perdido su puesto en una orquesta, viven ahora en una granja dedicados a su pequeño huerto y a la crianza de algunos animales. Sobre su día a día pesa la sombra de una guerra inminente, guerra confusa de la cual nunca vamos a tener claro cuáles son los bandos ni por qué se combate.

    Hay varios contendientes: un ejército “nacional”, que se comporta con total crueldad con sus propios conciudadanos (entre ellos la pareja protagonista), dirigidos por un alcalde, Jacobi (Gunnar Björnstrand) convertido en pequeño dictador; un ejército invasor, que masacra la pacífica población rural de la zona donde viven nuestros protagonistas y que fuerzan a Eva a hablar ante las cámaras para así construir un documento propagandístico, falseado; e incluso un grupo de guerrilleros, de partisanos (encabezados por el vecino de los Rosenberg, Filip, el apacible pescador que les vendía pescado fresco), que no tendrán escrúpulos para saquear su casa, quemarla y forzar a Jan a ejecutar al alcalde Jacobi (al que previamente hemos visto negociando con Eva un contacto sexual).





    Bergman respeta la parafernalia bélica: hay bombardeos, disparos, paracaidistas, tanques, armamento militar por todas partes. Todo ello filmado a menudo con cámara en mano, en frenéticos travelings que siguen a los personajes, en sus carreras, casi con aire documental. Es un estilo completamente nuevo en Bergman, como si mostrar la guerra requiriese de esa violenta exposición visual.

    Ciertamente, estamos ante uno de los films más explícitamente, físicamente, violentos de Bergman, y no sólo por la presencia de la guerra, sino también por otros elementos asociados: la tortura, las humillaciones a las que se somete a la población civil, o esa terrorífica ejecución en la que ha de participar Jan. Incluso las discusiones del matrimonio acaban en peleas donde se llega a los golpes.

    Finalmente expulsados de su granja, llegan a otra granja en ruinas donde van a encontrar a un soldado desertor, al cual Jan quita el arma y, aparentemente, mata fuera de campo. El objetivo de su huida, su puerta de escape, consiste en llegar hasta una barca que los ha de alejar de la guerra... ¿pero hacia dónde? Una vez reunido en la orilla del mar un grupo de gente de procedencia desconocida, se amontonan en una pequeña embarcación. El piloto los abandona a poco de zarpar, quedando a la deriva, obstaculizados por una masa de cadáveres de soldados que flotan en un mar en calma. Al final, lograran llegar al mar abierto, pero ¿con qué destino?



    Dentro de ese final enigmático y angustiante se enmarcan las últimas frases de Eva, que nos retrotraen a las primeras de Jan. En el inicio de la película hemos visto como Jan despierta y le confiesa a su mujer que ha soñado que volvían a la orquesta y que todo lo que les había pasado después de dejarla ha sido una pesadilla. Ahora, al final, es Eva quien cuenta su sueño: se ha visto paseando por una ciudad con una niña, su hija, en brazos. Y recordaba en el sueño que había algo que no debía olvidar, una cosa que alguien le había dicho… pero que había olvidado. Fundido en negro, sin rótulo ni música (por cierto, no hay música en la banda sonora, salvo breves fragmentos que suenan por la radio).

    En ese final se mezclan dos elementos claves en Bergman: los sueños y el dilema de la vida. ¿Qué de lo que hemos visto es un sueño? ¿Todo lo que hemos visto es la ilustración de esa pesadilla de la que habla Jan al inicio? Y esa criatura con la que sueña Eva, ¿es la encarnación del deseo de ese hijo que durante la película ha estado motivo de discusión de la pareja, y que la mujer ha acabado aceptando que nunca tendrían? Muerte y vida entremezcladas.
    Última edición por mad dog earle; 10/11/2015 a las 14:02

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