Estoy de acuerdo en lo del plano de la niña. De hecho en mi comentario ya decía lo siguiente: "Después, ya en la sala, se suceden los rostros de los asistentes, de marcado carácter “multicultural” (aparentemente, personas de muy distintas procedencias, como si se quisiera reforzar el carácter universal de la música de Mozart). Este detalle me parece un tanto demasiado obvio e innecesario, pero nos ofrece, eso sí, una interesante colección de retratos magníficamente iluminados por Nykvist. Entre otros, vemos los rostros de Ingmar Bergman, Liv Ullmann y Erland Josephson, aunque durante toda la grabación Bergman se centra en las reacciones que produce la obra en el rostro de una niña."

Salvo, al menos en la parte inicial, la colección de retratos. La insistencia posterior en la niña me parece completament superflua.