En este película se juntan dos circunstancias que igual no son del gusto de todos: 1. el estilo marca de la casa de Guy y la película es de su estilo, eso es innegable. 2. El exceso de fantasía, hasta decir basta, y es que si bien la historia de Arturo es una mezcla de fantasía, y así todo el mito de la espada, el santo grial, la tabla de la mesa redonda, Merlin, etc, es un producto de la fantasía, aquí la han llevado, en algunos aspectos hasta su máxima expresión, tanto que cuando uno ve los pseudos elefantes empieza a pensar que la cosa se ha ido de madre. Si vamos con cierta amplitud de miras, pues nos encontramos con una película de aventuras con tintes fantásticos en un mundo imaginario y se disfruta. Jude Law le da el justo contrapunto al héroe que es necesario para potenciar la épica de la película, los secundarios se comportan y el protagonista, Hunnam, es un Arturo creíble en los físico y en su esencia, con un transcurrir de antihéroe a héroe.