No sé qué tiene de especial saber cómo robaron los planos de la Death Star si los mismos responsables de esta película nos mostraron en El despertar de La Fuerza la destrucción de la Starkiller, mucho más grande e intimidante, sin mayores problemas. Vamos, que después de tanta cantinela la historia no hace más que repetirse.
Si me dicen que la Starkiller hubiese continuado en los episodios posteriores atemorizando a los enemigos de la Primera Orden y sólo fuese destruida en el IX tras muchos esfuerzos y sacrificios, pues vale, ahí sí el rollo que nos van a contar en Rogue One tendría interés porque se trataría del primer paso a un arma de destrucción masiva que causará en el futuro pánico entre las galaxias.