Respecto a la elección de Desplat, entiendo que es más un requisito del propio Edwards (después de que le salvase los muebles con "Godzilla") que una imposición por parte del estudio. En cualquier caso, y al menos a efectos marketinianos, es un "win-win" (todos ganan).
Quizá la única reserva que tengo en este sentido es que, si bien Desplat ha demostrado siempre una solvencia y ductilidad inauditas para adaptarse a toda clase de fregados, tengo que decir que no siempre ha satisfecho por entero mis expectativas artísticas y de un tiempo a esta parte le veo un poco "hit or miss", dependiendo del proyecto.
Personalmente creo que Star Wars es un producto que demanda más sinfonismo de la vieja escuela (y no hay duda que aquí Desplat es alumno aventajado por muchos cuerpos de distancia con respecto a los que le siguen, incluso el laureado Michael Giacchino), pero para mi gusto habría agradecido tener al frente del encargo (porque soñar es grátis) a autores del calibre de Bruce Broughton o David Newman (este último ya ha demostrado amplio manejo de la Space Opera en "Serenity" o "Galaxy Quest") o, puestos a experimentar, un Elliot Goldenthal que, aunque ahora mismo está practicamente vetado en Hollywood (nunca debió demandar a Warner por el flagrante plagio de su score para "Titus" en "300"... ahí lo dejo), , habría explorado aspectos novedosos.
Pero bueno, Desplat es en un 98% una apuesta segura, aunque le va a pesar como una losa el legado de Williams. No olvidemos que en "Harry Potter", después de Williams tuvimos a Patrick Doyle y a Nicholas Hooper, con lo que Desplat no entraba en pugna directa con el gran maestro. Aquí las cosas van a pintar bien distintas...
Como siempre, saldremos de dudas en el estreno.