Con lo meticuloso y riguroso que era Isaac Asimov en temas científicos a la hora de escribir sus libros y algún que otro guión que hizo, allí donde esté ahora debe andar retorciéndose de indignación al ver que su trilogía de la Fundación la va a llevar al cine el director de 10.000, el anti-rigor de todo hecho película.