He vuelto a ver la serie completa (tampoco es mucho, 22 episodios en dos temporadas) y he vuelto a disfrutar como la primera vez. La segunda vez siempre es interesante ya que aunque me acuerdo de todo, a la vez no lo tengo anclado en la memoria (salvo escenas que me impactaron como la última de la primera temporada, bajo ese diluvio), y me sirve para volver a disfrutar sin que sea del todo una repetición de lo que ya me sé.
Es curioso porque ni lo que ocurre ni los personajes son nada del otro mundo. Ni siquiera la narrativa es mejor que la de otras muchas series. Además dichos personajes son poco atractivos no sólo por ser quienes son sino porque tampoco llegan a grandes cotas de empatía o acciones remarcables.
Entonces por qué mola tanto? Por un lado tenemos el casting que culmina con unas interpretaciones y dirección de personajes de gran intensidad pero totalmente naturales. Es el toque italiano, sin duda. En la seminal The Sopranos ocurría lo mismo: casi no parecen actores. Es muy extraño. Es todo lo contrario al prototipo de interpretación dramática gana-premios estadounidense. Y por otro lado tenemos que quienes manejan el cotarro (ignoro como va el tema en Italia, si hay showrunners, productores creativos o como va) saben sacar petróleo de esas tramas y esos personajes. Es poca cosa pero todo muy, de nuevo, intenso, real. En las dosis justas y sin chorradas en la narrativa: ni casualidades, ni manipulación, ni nada. De hecho no les hace falta: todo se basa en lo que sienten esos personajes.
El tema del diseño de producción y demás, de nuevo, antológico: peinados, ropa, coches (si uno se fija acaba viendo los mismos aparcados aquí y allí pero hay muchos, pasan por coches del momento y salvo alguna incorrección, es un lujo) y sobre todo esa fotografía amarillenta como si fuese, realmente, filmado a finales de los 70.
Incluso la música original va en esa línea: unos pocos temas para cada emoción pero qué temas! Bien ubicados (cada uno suele sonar una vez en cada episodio). Además hay hits del momento pero eso ya no me va tanto porque salvo algunas italianas (que van de perlas) el resto son internacionales y aunque no dudo que Roma estuviera a la última en los 80, queda forzado.