THE GHOST WRITER (2010, EL ESCRITOR).
A French – German – British Coproduction.
R(oman) P(olanski) Films – France 2 Cinéma – Elfte Babelsberg Film GmbH – Runteam III Ltd.
Atractivo thriller de carácter político superior a la anterior incursión en dicho género (la, por otra parte, nada despreciable FRENÉTICO) y que además la aproxima no tanto en su contenido pero sí en su forma (¿o tal vez sea al revés?) a sus películas más personales de la década de los ’60 y los ’70.
Independientemente de las concomitancias que la cinta presente con la vida real de cierto primer ministro británico (extrapolable, por otra parte, a la de cualquier otra persona que ostente similar cargo en cualquier otro país de su entorno) lo más atractivo de la misma, a mi modesto entender, es la acertada yuxtaposición de dos historias aparentemente antagónicas que acaban convergiendo en un todo coherente (aunque también es cierto, un tanto forzado).
De un lado la peripecia del “negro” (lo siento pero es como siempre se ha llamado a estos individuos tanto en el campo de la literatura como en el de los cómics) encarnado por el habitualmente solvente Ewan McGregor y su imposible misión de dar forma (de una manera absolutamente anónima aunque muy bien remunerada) al mamotreto con el que el retirado político (un siempre elegante Pierce Brosnan) pretende pasar a la posteridad (y hacer de paso su agosto).
Bien filmada por Polanski (pero no tanto como para ganar el Oso de Plata al mejor director) la película se beneficia de ese clima un tanto de pesadilla en que acaba convirtiéndose la vida del escritor y de la típica circularidad que el realizador imprime a buena parte de su filmografía.
El director de origen francés tiene además la valentía de que en lugar de acabar su propuesta con un final feliz (como parece presagiar su resolución – que no sé por qué me recuerda a la “sorpresa” final de MUSIC BOX (1989, LA CAJA DE MÚSICA) de Costa-Gavras -) y con el escritor celebrando su victoria veremos cómo finalmente la Parca hace acto de presencia y aunque de forma ciertamente abrupta acabe con la vida del infeliz y sirva de retranca final y para indicar de una manera harto elocuente que las cosas seguirán igual que siempre.
Curiosamente a mí me atrae más la primera parte de la película donde Polanski se centra más en el personaje del escritor y en su peculiar tarea de hacer posible lo imposible, tal vez porque siempre he sido un buen lector y el mundo de los libros siempre me ha atraído especialmente. Creo además que esta parte está mejor construida y además fluye más libremente que la segunda. Como bien indicáis la soledad del personaje (otro individuo sin – o con una escasa - vida propia y/o afectiva tan afín a sus personajes más carismáticos (Carol, Rosemary, Trelkovsky, Tess)) se une al entorno donde está “exiliado” el ex-político y donde el clima (atmosférico) parece acompasarse al clima (anímico) de los personajes.
En la segunda parte, menos de mi gusto aunque Polanski sabe mantener en todo momento el interés de la narración, el calvario en el que se acaba convirtiendo la vida del escritor al descubrir los (aparentemente) comprometedores documentos que implicarían al ex-político me parecen más trillados y además la resolución de la intriga deviene un tanto rocambolesca. Aquí también tenemos una temática que Polanski domina a la perfección: la conversión de una vida rutinaria y sin grandes alicientes acaba por convertirse en una auténtica pesadilla que además dado el peculiar gusto del director suele acabar de mala manera para sus protagonistas (incluidas todas las arriba mencionadas).
Una película que me gusta más por desarrollar de nuevo un tema recurrente en la filmografía de su director (la persistencia del mal en el mundo actual y la incapacidad del individuo para adaptarse (sólo la muerte parece una salida viable – aunque quizás no -)) y que le permite filmar un impecable thriller, escasamente original (todo sea dicho) pero que logra mantener nuestra atención hasta el dramático final.
Un final que entroncaría con el de películas tan míticas como THE ASPHALT JUNGLE (1950, LA JUNGLA DE ASFALTO) y THE KILLING (1956, ATRACO PERFECTO) donde los billetes se transmutan en las páginas de un libro que nació maldito y que además servirá para hacer más rico todavía al malo (mejor dicho, a la mala) de la película.
No lo recuerdo ahora pero creo que ninguna película de su director tiene un final feliz. O al menos, completamente feliz (salvo OLIVER TWIST que en realidad es de Dickens). Más bien todo lo contrario.
Feliz noche, chicos.
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