Llego el momento: 14 años han pasado ya desde ese lejano Diciembre de 2001, cuando vi la primera entrega de la saga en cine por primera vez. La espera había sido larga y las ganas por verla eran insoportables ya entonces (liquidados ya las tres primeras novelas y en vistas de empezar en breve la 4º, un fan sin remedio a esas alturas), y tras finalizar la sesión, en una tarde gélida pre-navideña acompañado por mi hermana mayor que me llevo (y asi fue durante los siguientes 10 años a cada estreno), ya oscuro y con las luces en la calle encendidas, la sensación que tenia era la de haber asistido a algo importante. Como aquella lista de momentos memorables que haces de tu infancia, este entraría en el mio. De acuerdo, era mas pequeño y mas impresionable, pero echando la vista atrás, creo que pocos estrenos impactaran mas mi existencia junto este, que el del re-estreno de Star Wars en el 1997 (aquello si fue glorioso) y el estreno del Episodio I en el 99.
Mi yo del pasado se quedo solo con lo bueno de la película, y con la certeza que quien había dirigido la película era el mismo responsable que el de Solo en Casa y quien hacia la Banda Sonora también era el mismo, por el tema navideño, que era muy similar. Bendita ignorancia...
Asi que aquí estoy mi yo actual, escribiendo estas reseñas, que en su dia (afortunadamente) no pude escribir. Porque el yo de antes era un fan irracional, y para ese niño, el hecho que se hubieran dejado por mencionar ciertos detalles del libro ya le parecía mal. No entendia mucho de cine, ni en que consiste trasladar realmente un libro a la pantalla. Ahora he madurado (solo un poquito), con lo cual soy mas objetivo y estoy mas formado como para dar una opinión mas certera y sincera.
Y ahí va...
HARRY POTTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL
Comienza la magia (y el fenómeno universal)
Es un magnifico comienzo como saga. Chris Columbus no tenia un trabajo sencillo, y lo hizo lo mejor que supo, y le quedo una maravilla de película, que no perfecta. Mucho se ha hablado a lo largo de los años sobre si la duración era demasiado larga, que si era demasiado fiel al libro y sobretodo, si era infantil, pero si analizamos al detalle la obra, todo es justificado (y de infantil, poco).
Rowling quería que la adaptación fuera fiel al universo creado y sus personajes, a lo que tanto director y guionista trabajaron por ofrecer, con una fiel adaptación, que no era al dedillo, pero si dedicada. Se permitio eliminar de encima aquellas tramas innecesarias que no aportaban nada a la historia y la alargaban mas de lo indebido (aunque ello provocara que ciertas partes del final del segundo acto quedaran cojas con el conjunto, como todo el tema de Norberto/a).
Al igual que en la novela, Columbus quería que el espectador siguiera los pasos de Harry en todo momento, que la fantasia se descubriera poco a poco, y la cara de asombro ante lo que descubria el, le pasara al publico. Siguiendo el ejemplo de la "Guia Campbell", se nos presenta a un crio de 11 años huérfano, triste y solitario con el que empatizas enseguida, y al que la suerte le cambia de un dia a otro. Toda la primera película/novela forma la presentación del nuevo mundo que descubre. Se nos presentan sus reglas, sus personajes y sus futuros retos a superar, para consolidar minimamente al héroe al final de su aventura, y aguardar con impaciencia los próximos desafíos que le vengan.
Asi, 254 paginas se transforman en 152 minutos de película que engloban todo ese recorrido, bastante dividido en intenciones y efectividad a lo largo de sus tres actos. Se toma su tiempo para presentar el viejo mundo antes de aterrizar al nuevo, y luego detalla a la máxima expresión el microcosmos del castillo Hogwarts, para, a partir del final del segundo acto, ir veloz y deprisa al encuentro final y su despedida. Como introducción funciona a las mil maravillas, ya que todo queda muy claro y conciso, sin preguntas en el aire (quitado de quien fue la capa de invisibilidad a Harry por Navidad, por ejemplo, aunque queda bastante implícito).
La forma en como el director decide mostrarlo, dice mucho de su talento. Creciendo al lado de los dos grandes de los 70-80, Columbus sabia que si la película quería tener éxito era diseñándola como si se tratara de una película al mas puro estilo 80'ies. La fortuna quiso además que se estrenara por Navidad, lo cual le otorgo aquel aroma tierno y tan característico que provoco que Harry Potter (al igual que ocurrio luego con ESDLA) sonara a Navidad (a mi se me hace difícil ver alguna de estas sagas en verano). Todo ello un ejercicio de nostalgia pulp.
Ya para comenzar su poster, toda una declaración de intenciones en su versión americana, creada por otro de los habituales de su educación, Drew Struzan, preciosa (y que tengo colgada en casa), que por desgracia no convencio a los ejecutivos de Warner (que no tienen ni idea) y optaron por hacer un poster photoshopeado con las caras de los actores en Europa. Muy triste desaprovechar asi el talento de un genio, para pesar de los fans y Columbus.
Aprovechando una Banda Sonora portentosa, pidiendo ayuda al mismísimo maestro John Williams, que lejos del declive, logro crear una partitura que se uniria a sus otras melodías celebres y quedaría para la posteridad. Temas como el principal (curiosamente anotado como de Hedwig, la lechuza de Harry, y no la del propio Harry) y el Wondrous World (el que para mi siempre ha sido el verdaderos tema central de la saga, y lo que significa la magia y Hogwarts), el Quidditch, el de Navidad y el del suspense (el ajedrez y el de Voldemort), cobraban vida propia en pantalla y luego en los oídos al escuchar el cd en casa.
Otro de los puntos fuertes de la película es su apartado visual, donde ese respeto por lo añejo, permitio ver la justa medida entre efectos visuales computerizados (CGI) y animatronica. Lo mejor de los dos mundos. Mientras el director no terminaba de verlo todo claro sobre hacer ciertas partes por ordenador, al final tuvo que declinar al ver que escenas tan largas y complejas como las del partido de Quidditch (casi 10 minutos, ahí es nada) no podían sustentarse de otra forma, aunque no le salieron mal (el mismo partido, a pesar de cantar en algún plano, sigue siendo un hito de la época), el centauro Firenze, Fluffy, los fantasmas, la partida de ajedrez, las llaves voladoras, entre otros. Pero luego estaban las criaturas como el Troll, que era una mezcla de ambos (según el plano), las piezas de ajedrez, las escaleras del castillo, el lazo del diablo... Todo, igual que los decorados, real, palpable.
Esa era su intención, hacerlo real, que el publico notase que la magia era lo único que realmente trascendia de ello, pero que los emplazamientos y personajes fueran creibles, en un entorno realista. Y asi fue como en Leavesden crearon el castillo entero por trozos (patios, el gran comedor, despachos, clases, salas comunes y mazmorras), mientras otros existentes, se utilizaron como localización.
El diseño de producción fue otro de los grandes aciertos de la película, que en buena parte de ahí reside el éxito de sus decorados. Aun recuerdo la sensación que tuve al ver por primera vez el Callejon Diagon, toda una avenida autentica, llena de cachivaches y utensilios mágicos delante de mis narices... La cara de Harry en ese momento se traslada a la del espectador, incrédulo que tanta maravilla sea posible. Y que decir del primer plano del castillo (la mejor escena de la saga, impagable) a la llegada de los botes, el tablero de ajedrez (esto no es un cementerio...) y esa sala con Quirrell y el Espejo de Oesed.
Las actuaciones son harina de otro costal, ya que fue el punto mas problemático, en especial por los jóvenes actores. Columbus tenia gran traza con el manejo de niños, pero lo de aquella producción, con tantos de ellos en varios planos (el colegio entero...) se hacia casi imposible. Paciencia infinita y coordinadores que le ayudaban en ello. Pero es cierto que el trio principal tampoco estaba muy por la labor. Radcliffe, Grint y Watson tenían muchísima química en pantalla juntos, pero eran en esencia amateurs, y estaban nerviosos por el reto, sumado a que al estar juntos casi todo el rato se hicieron amigos rápido y desconectaban delante de la cámara mientras rodaban (entre sus primeras trastadas, le cambiaron el contestador de voz a Robbie Coltrane del ingles al húngaro). Y si encima no podía tenerlos a su completa disposición por ser menores, el rodaje se le hacia cuesta arriba.
Ahí tuvo que ganarse el pan John Seale, el veterano director de fotografía, escogido por elección del propio director, que buscaba a alguien que fuera otro profesional consolidado y que pudiera controlar a los niños en pantalla. Varios de los documentales post-saga en los que se analiza la primera película, muestran el laborioso trabajo de Seale, que operaba con hasta tres y cuatro cámaras en un solo objetivo, (como en la escena de la biblioteca donde los héroes descubren la identidad de Nicolas Flamel), para que cuando alguno de los niños perdiera el hilo, cortar rápidamente a otro plano y seguir adelante sin que se apreciara. Salia mas fácil que repetir la misma escena 50 veces del tiron porque siempre fallaba pasado un rato.
El casting adulto fue mucho mas profesional, como cabria esperar, y las actuaciones de todos fueron destacadas. Tanto los que aparecían mas en pantalla como las apariciones estelares, en especial la de John Hurt (que apenas se le reconoce con el aspecto de Ollivanders) y Julie Walters como la adorada Sra. Weasley. Sobre los del colegio, brillantes en exceso, Maggie Smith, Robbie Coltrane y Richard Harris parecía que hubieran nacido para sus papeles. En concreto Harris, del que siempre dire que es el autentico Albus Dumbledore. Si bien su versión del personaje no ofrece esos sutiles toques de loco que tiene guardados en los libros (y que si mostro Gambon), su presencia y su ejecución como el maestro blanco son las que Rowling escribió.
De Alan Rickman es mejor hablar aparte, porque sencillamente, junto con Ron, es el mejor personaje de la saga a nivel literario como actoral. Principalmente tenia el defecto que el actor es mucho mayor que el personaje (tenia la misma edad que los padres de Harry, asi que para PF tendría unos 31, cuando Rickman superaba ya los 50), pero su actuación deja fuera de lugar toda duda. Magnetico, jugando siempre sus cartas, como una serpiente escurridiza, Severus Snape monopoliza sus apariciones, sean por diversión (las broncas a Gryffindor), como por tensión (el partido de Quidditch o el enfrentamiento con Quirrell). Lo repetiré en mi ultima reseña, pero hace 4 años debía haberse llevado su merecido Oscar como Actor Secundario.
De la planificación final, como decía, si bien sabe utilizar y gestionar su tiempo, se notan las prisas del final. Llegados a la parte del final del segundo acto, es cuando las diferencias con el libro empiezan a tornarse mas evidentes. Todo el tema de Norberto es eliminado (por largo e intrascendente), pero de refilón se cargan la posibilidad de mostrar al único hermano Weasley que nunca apareció, Charlie, aunque si se le nombra (al menos Bill si salio al final). La escena del castigo es alternativa, por personajes y consecuencias (en el libro Neville aparecia castigado, era muy rocambolesco el asunto), y de igual forma también las pruebas para acceder a la Piedra Filosofal (salía un nuevo troll y un desafio de inteligencia por parte de Snape en forma de Pociones), o sobre el desenlace de Quirrell (Harry en la película lo carboniza, pero en el libro lo llena de ampollas y muere del dolor horas mas tarde).
Hubo otros cambios, menos importantes, a nivel estético: Originalmente, Radcliffe iba a usar lentillas, dado que Harry tiene los ojos verdes como su madre Lily y el actor los tenia azules. En el primer dia de rodaje, que era la escena final en la estación de Hogsmeade, se dieron cuenta que al actor le daban alergia y no paraba de frotarse los ojos y llorar, asi que se las quitaron y prescindieron de ello. Pero ello provoco que en la escena pareciera que estuviera emocionado, y con acierto, dado que era el final de la película y encajaba. Y a Watson le quisieron poner fundas en sus dientes, dado que Hermione en los primeros años tenia los incisivos muy destacados (luego por una pelea en el colegio y una visita a infermeria se lo "arreglaron"), pero no le quedaban bien cuando hablaba y se le caian constantemente, asi que optaron por quitárselos. Estos dos detalles (los ojos y los dientes) son visibles en la película, asi que podréis comprobarlos la próxima vez que la veais.
En definitiva, como narración es excelente, y las 2 horas y media que dura no se hacen largas en absoluto. Un detalle del que siempre me fijo al revisionarla es como Columbus, gracias a Seale y Williams, conduce la historia, como Rowling, a una investigación policial mágica (no hay que olvidar que buena parte del motivo por el cual el director fue elegido radica en escribir el guion de aquella otra maravilla titulada Young Sherlock Holmes, con la que los dos primeros Potter tiene tanto en común, cosa la cual descubri cuando vi esa película a posterior). Harry Potter siempre ha sido un thriller policial, imagino de ahí que me enganchara tanto, al igual que a los demás. No solo es el universo y sus personajes, que hacen rico el universo, sino que el trasfondo básico de la historia, (casi) siempre, se rige por tratar un caso: Piedra mágica robada, Camara Secreta profanada y una criatura misteriosa causando estragos, Preso fugado condenado por asesinato cuyos motivos son secretos... y asi puedo seguir hasta el final. Se trata de buscar una pista que lleva a la siguiente hasta que se descubre al culpable.
Y Columbus lo hizo perfectamente, ya que viendo la película al detalle, uno se da cuenta tras verla de nuevo, que el villano si es Quirrell y no Snape, pero de manera imperceptible. Ojala Cuaron, Newell y Yates hubieran compartido ese entusiasmo por la investigación. Por eso sigo opinando que es el mejor director de la saga, el que mejor conocía el material y que pudo aprovecharlo mas. Esta primera aventura es todo un tour de forcé para el protagonista, en el que ayuda la fotografía y la música: Pasa de un lugar deprimente y vulgar, a un colorido mundo, para luego hacer todo un descenso hacia los infiernos para enfrentarse a su nemesis. Si prestais atención a la fotografía de Seale, durante la primera media hora juega con colores opacos, mundanos, para al llegar a Hogwarts, que todo resulte vistoso y reluciente, muy colorido y calido. Sin embargo, a partir de la ultima hora de metraje, a raíz de la Navidad, cuando la investigación avanza en la biblioteca, rara es la vez que hay luz en pantalla, ya que casi siempre es de noche y la iluminación es oscura (no me cansare de repetir que la escena de la partida de ajedrez y el bloque del enfrentamiento contra Quirrell/Voldemort son apabullantes). Lo mismo pasa con la música de Williams, de algo "normal", pasa a la fanfarria, y luego a la melodía seria y tenebrosa.
El resultado es obvio, para mi es la mejor de la saga con diferencia. El hecho que fuera la primera, por la nostalgia, no quita que siempre que la veo de nuevo, vea la autentica Hogwarts, lo que el colegio debería ser, o como mejor tratado ha sido. Todo son opiniones personales, pero hay algo al verla que no me transmiten los otros directores. Por eso pienso que el bloque Piedra-Camara es el mas conseguido a nivel general de la saga.
En fin, creo que no me dejo nada por contar (aunque posiblemente si), pero como esto va a estar muy animado estos días, si creo oportuno anotar algo mas, lo añadiré o lo ire comentando en posteriores textos.