¡Presente!

Cada una, a su manera, me parecen estupendas. La primera sí que se desmarca como un film sobrio, con capacidad amateur y de una sensibilidad apabullante. Realmente me parece un clásico.
Ya la segunda y tercera son algo más pomposas intentando emular el componente humano de la primera, quizás porque Sly detrás de la cámara es como un escritor de novelas baratas.
La cuarta, exactamente, es un desmadre en plan capítulo del Equipo A donde los buenos son muy buenos y sufren un carajo y los malos son muy malos y no sufren cuanto deberían.
La quinta siempre me ha parecido la gran incomprendida, por poco que rescata de la primera parte considero que ya merece la pena. Es la que tengo más lejana, eso si.