¡Qué pocos foreros hay aquí de mi época!
Pues sí señor. Y con mucho orgullo. Era yo un nene que quedaba hechizado por la magia de Locomotoro y cía. Y digo Locomotoro porque era el ídolo de los nenes del momento. Igual que las marionetas de Herta Frankel. No teníamos nada, pero aún así éramos moderadamente felices. Ahora, un chasquido en el minuto treinta de un dvd hace infelices a muchos, jejejeje.