Una película de bajo presupuesto que sea buena siempre tendrá mucho más mérito que una con presupuesto millonario, aunque también sea buena. La falta de recursos también motiva a la imaginación. Ahí tienes a John Carpenter que se pasó casi toda su carrera moviéndose en presupuestos bajos, y quitando La Cosa, normalmente sus producciones más costosas eran las peores.