Fuqua es de esos directores que intentan demostrar a la platea que tiene decisión y voto propio en sus películas y que si él quiere mostrar sangre y sangre en sus obras las va a mostrar y punto.
Lo que él no sabe es que hay unos censores llamados productores y majors que son los que dominan el cotarro y si a ellos no les parece bien mostrar algo lo eliminarán y punto. Ahora es el tiempo de las vacas flacas y como estamos en la época donde es más fácil que alguien le de al click del ratón que sacar la entrada necesitan reclamar a cuanto más público mejor y por ello producen y forman películas para todos los públicos. Quizá por ello últimamente los films son así y defraudan tanto.
A lo que iba. A Fuqua le gusta la sangre y se nota. Sabio en sus decisiones ha decidido mostrar la vida de un francotirador de élite, de esos que dan en el blanco siempre y claro, ¿qué viene después de un tiro proyectado por una escopeta de precisión? El blanco. ¿Y qué pasa cuando ese francotirador está dirigido por Fuqua? Pues que acto seguido viene sangre. Ahí las majors no pueden hacer nada. No pueden proponer que de la cabeza salgan pétalos de flores o conejitos de pascua.
Optando por presentarla tal y como es (y me juego la mano a que la han recortado bastante)la película muestra como el gobierno le tiende una trampa a un señor que donde pone el ojo pone la bala y nunca mejor dicho. Cuando descubre que la trampa le ha hecho daño decide dar caza a los malos.
Fin. No hay más. La intriga surge de la nada con intento de sorprender con uno de los actores más planos del panorama actual: Michael Peña. Quizá será recordado por Crash pero no por esta. Entre este y el de Windtalkers podrían hacer un duelo de ver quien es más aburrido en la gran pantalla.
Whalberg intenta ir de Jason Bourne, de Jhon Rambo, de Schwarzenneger en commando... de tipo duro, en resumidas cuentas pero más bien me suena a un tipo que sabe lo que hace por que lo pone el guión. No es que no me guste el actor pero podría haber sido mejor.
Luego están esos malos malosos que son Danny Glober, quien por ser quien es le perdono este desliz y Elias Koteas, ese hombre que estuvo entre tortugas ninja y que aquí intenta ser el malo maloso secundario. Para el olvido sin duda.
Por último indicar que no hay concesiones con la sangre. Hay reventones de craneo y clavadas de cuchillo. Como harían Rambo y Commando en situaciones límite pero ellos eran aquellos y este Shooter no se sabe ni quien es.
Carne de videoclub y de tarde de domingo.