Yo creo que la recepción será buena. No es el Código Da Vinci, ni se mete en berenjenales más controvertidos, como en La última tentaci´n de Cristo.
Aquí en España sabemos de los curas y su afición ¿pasada? por el tijeretazo.
Es fácil.
Si el protagonista tiene una crisis de fe en la que al final reniegue sus creencias (o de los métodos de conversión usados), mal.
Si por el contrario la dura experiencia le sirve para acercarse a Dios, bien.