La película ha tenido críticas feroces en USA, y eso que los críticos americanos suelen ser bastante benevolentes. Si a eso le sumamos la drástica reducción de presupuesto (de 50 millones de $ en 2006 a 20 la secuela, 6 años después), es para echarse a temblar, más en un producto tan visual como este. Preveo fiasco a todos los niveles.