Dado que estamos entre amigos permitidme un off topic que espero no sea demasiado largo, aunque poco o nada tiene que ver con el mundo del cine. ¿O quizás sí?.
Un tema del que sólo he hablado con mad dog earle y la esquiva Jane Olsen (cuando sale renuente de su cripta en busca de un poco de aire fresco).
Yo soy funcionario (bueno, estatutario, que para el caso es lo mismo, aunque no lo sea...) del Servicio Vasco de Salud/Osakidetza y trabajo en un ambulatorio céntrico de la capital vizcaína, de cuyo nombre no quiero acordarme, en funciones de auxiliar administrativo, aunque sea biólogo de formación, como todo el mundo creo que ya sabe a estas alturas...
Debido a los continuos roces (por decirlo suavemente) con la dirección se me abrió allá por el mes de agosto un expediente disciplinario que podría conllevar una sanción de hasta 2 años de suspensión de funciones y, por tanto, de sueldo.
Después de un proceso digno heredero del que sufrió Juana de Arco (alusión al excelente hilo abierto por el compañero Roy Earle dedicado a la insigne figura del director danés Carl Th. Dreyer) finalmente me han caído tres faltas graves que conllevarían 10 + 10 + 5 = 25 días de suspensión de funciones.
Como el plazo para la presentación de recursos finaliza el próximo viernes día 3 estoy alternando los visionados (y comentarios) de las películas con la confección de los primeros, aunque justo es de reconocer que es la abogada del sindicato la que se encarga de la mayor parte del trabajo. Yo, básicamente, me encargo de aclararle algunos puntos o desarrollar (o suprimir) otros.
Mira por dónde ahora sí voy a poder usar una referencia cinematográfica para seguir con la explicación puesto que dado que soy persona non grata por parte de la dirección del centro (no de los compañeros, con los que siempre he mantenido una excelente relación y que me han apoyado en todo lo que estaba en su mano) he decidido seguir de baja para evitar una confrontación directa que vaya usted a saber en dónde podría acabar.
Por supuesto la baja no es una invención puesto que todo el proceso me ha supuesto (y me supone) una notable merma en mi salud tanto física como (especialmente) mental.
Y por ello, haciendo lo contrario que James Stewart en CABALLERO SIN ESPADA (1939), de Frank Capra, en lugar de mantenerme contra viento y marea en el Congreso hablando y hablando y hablando para que no le retiren su turno de palabra y de esta forma perder su quijotesca guerra contra el personaje encarnado por el gran Claude Rains, he optado por alargar la baja hasta que corran vientos más propicios, en este caso, por ejemplo, una auditoria externa sobre lo que está pasando en el ambulatorio no sólo conmigo sino con otros compañeros del área de atención al cliente (antes paciente) y también solicitando una movilidad a otro centro, aunque esto último lleva su tiempo.
Así que, mientras pueda (y el médico me lo permita) seguiré de baja hasta Júpiter y más allá del infinito.
Y que conste que yo estoy deseando trabajar pero no si mis superiores están haciendo un claro mobbing contra mi persona, algo que denuncié en un artículo publicado el 25 de noviembre del año pasado en El Correo, el periódico de mayor tirada del País Vasco.
Nada más. Espero no haberos aburrido.
Tengo pendientes tres (breves, ejem) reseñas para "el otro rincón" y espero retomar en breve hilos que dejé abandonados por falta de fuerzas, como el dedicado a Bogie u otros tan apasionantes como el de la compañera Nina al que creo sólo llegué a contribuir en sus fases iniciales pero como bien dice el refrán "quien mucho abarca poco aprieta".
Y como siempre en mi cabeza mis distintas personalidades que pugnan entre sí por encontrar su sitio...
¡Nunca debimos abandonar el Misisipi!
Gracias a tod@s sólo por estar ahí...
