No como yo que con mis 175 cm de altura y mis 71 kilos estoy hecho un pincel.
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No como yo que con mis 175 cm de altura y mis 71 kilos estoy hecho un pincel.
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Cortina rasgada (Torn Curtain, 1966)
Torn Curtain tiene un problema: su director. Me explico: en manos de cualquier otro nos parecería un magnífico film de suspense, pero Hitch nos ha malacostumbrado. Por eso, esta película de espionaje, que le da mil vueltas a la mayoría de films de género de la época, acabará probablemente la última en nuestra lista de los 60-70. Es curiosa (no tanto si recordamos las circunstancias políticas de los 60, con la construcción del muro de Berlín en 1961 o la crisis de los mísiles en octubre de 1962) la proliferación del cine de espionaje en todas sus formas, con series de películas alrededor de un espía más o menos glamuroso y con elementos más o menos cómicos: James Bond (Sean Connery), Derek Flint (James Coburn), Matt Helm (Dean Martin) o Harry Palmer (Michael Caine, quizá el mejor, aunque no llegara a ser tan popular como Bond), films dirigidos por directores de segundo nivel: Terence Young, Daniel Mann, Phil Karlson, Henry Levin, Sidney J.Furie, Guy Hamilton, Ken Russell y un larguísimo etcétera. Incluso John Huston realizó dos films de espionaje que, a mi entender, están entre lo menos brillante de su filmografía: La carta del Kremlin y El hombre de Mackintosh (con Paul Newman, por cierto), sin olvidar la ya citada anteriormente El premio, de Mark Robson.
Hitchcock ya había frecuentado el género de espionaje o de la delincuencia de raíz política desde fecha tan temprana como 1934, con The Man Who Knew Too Much, y volvió a él en numerosas ocasiones, aunque lo propiamente político quedó siempre en un segundísimo plano. Torn Curtain no es una excepción: a pesar de lo explícito del título, en referencia al Telón de Acero, que separaba el llamado “mundo libre” de los países del llamado “socialismo real”, a Hitchcock, una vez más, lo que le interesa es transmitir emoción a través de las imágenes. El problema es que los 60 fueron una década tremendamente politizada (en España se tardó quizá algo más de una década a alcanzar los mismos niveles de politización), de manera que cualquier insinuación anticomunista (y haberlas, haylas) eran fácilmente utilizadas como excusa para la crítica más ácida.
Recuerdo conversaciones durante la transición con amigos que militaban en partidos comunistas que se horrorizaban con algunos de los momentos del film. No era solo la visión siniestra de la RDA y el aparato policial de la Stasi (dirigida por Gerhard), que adquiría su peor rostro en un tipo de aspecto criminal aunque simpático (excelente Wolfgang Kieling, que a mí en algún momento me ha hecho pensar en Peter Lorre), sino muy en especial dos momentos culminantes: el ametrallamiento de los fugitivos del autobús y el de las cestas donde se supone que se esconden Michael y Sarah. Esa brutalidad contra civiles era demasiado para aquellos que defendían una alternativa a la dictadura y de paso al capitalismo (no he encontrado el fotograma del militar disparando, pero hay que reconocer que es realmente impactante).
Para mí las debilidades de Torn Curtain vuelven a radicar en el guion, de manera mucho más evidente que en Marnie. El primer tercio del film no acaba de arrancar, quedando todo supeditado a la química de los protagonistas, el Dr. Michel Armstrong (Paul Newman) y su secretaria y prometida, Sarah (Julie Andrews). Pero esa química no aparece, o al menos yo no la aprecio. Incluso durante la larga secuencia en la cama, en otro de esos larguísimos besos en primerísimo plano (que, por ejemplo, de Grant con Bergman o Eva Marie Saint o de Stewart con Kelly, hacían saltar chispas de la pantalla), aquí me quedo tan frío como los pasajeros del barco que surca el fiordo noruego.
Con todo, la escena se abre con unas sutiles imágenes del comedor en que vemos dos sillas vacías, un magnífico recurso que Hitchcock ya utilizó en Spellbound. Una vez en Copenhague, Hitchcock pone en acción la tramoya propio del género: el libro que se ha de recoger en una librería que actúa como tapadera; la letra Pi como símbolo de una organización que ayuda a huir de la RDA, las sospechas, los equívocos, pero la cosa sigue sin acabar de funcionar. Una triste conversación entre Michael y Sarah en un bar, con unas horribles transparencias de fondo,
no ayuda, como tampoco lo simplón del comentario de Sarah cuando descubre que Michael ha reservado un vuelo para Berlín Oriental: “East Berlin? But that’s behind the Iron Curtain”.
Durante el vuelo a Berlín vemos por primera vez a la bailarina de la compañía checa, que a mí me ha parecido un personaje digno de una aventura de Tintin, una especia de Castafiore a la comunista.
Cuando Sarah descubre el motivo del misterioso viaje de Michael a Berlín, este se comporta con su prometida (estaban según se nos dice al inicio a punto de casarse) un poco como Devlin con Alicia en Notorious, secamente le trasladará toda la responsabilidad de la decisión a ella: “It’s up to you, Sarah”. Afortunadamente, la aparición de Gromek empieza a dar color al film. Me ha parecido interesante cómo se muestra el Berlín en ruinas desde el mismo ventanal del despacho de Gerhard o a la salida del museo.
La parte central del film es, sin duda, la mejor. Tanto la silenciosa persecución por el museo como todo el episodio en la granja son magníficos. Nuevamente, Hitchcock realiza una secuencia que pasó directamente a la antología de los mejores momentos de la historia del cine: el asesinato de Gromek. Aquí, a diferencia de Psycho, Hitchcock se inclinó, creo que acertadamente, por eliminar la música de la banda sonora, lo cual convierte la escena en algo mucho más violento para el espectador.
Con todo, a pesar de la excelencia de la secuencia, hay un par de detalles que no me gustan. Uno es que el forcejeo entre Gromek y Michael no resulta demasiado creíble: es un agente de la Stasi contra un científico que hace de espía aficionado, y hay momentos en que no acabas de entender cómo Michael está evitando los golpes de Gromek, cómo demonios le coge los brazos. El otro aspecto que me avinagra levemente la escena es la cara de atontado de Paul Newman después del gaseado a que someten al agente. ¿Esto también era una muestra del estilo Actor's Studio?
En todo caso, detalles menores. Hitchcock nos vuelve a mostrar el momento culminante mediante un plano cenital:
Un par de detalles curiosos: el gesto de Michael de dibujar la letra Pi en la tierra para identificarse seguro que, a los amantes del cine “de romanos”, les habrá traído a la memoria la figura del pez que dibujaban los cristianos para identificarse entre sí.
Por otra parte, una vez muerto Gromek, Michael consigue que funcione a la primera el encendedor del agente, cuando anteriormente se nos ha mostrado repetidamente que le fallaba. ¿No os recuerda este detalle una película de Billy Wilder?
Del episodio de la universidad de Leipzig, destacaría dos aspectos: la chapucera manera de entrar en contacto con Michael de la Dra. Koska, un poco más y lo mata; la reacción por mi parte, que no sé si compartís, respecto a la trampa que Michael le prepara a Lindt para descubrir la fórmula. A pesar de que el arrogante profesor alemán no resulta demasiado simpático, no puedo evitar sentirme casi más al lado de Lindt que de Armstrong y lamentar que lo engañe de una manera tan burda.
En ese mismo segmento en Leipzig, no me gusta la transformación que experimenta Sarah en la colina, cuando Michael le cuenta (aunque no lo oímos) cuál el motivo de su comportamiento. Haciendo el chiste fácil, uno espera que Julie Andrews empiece a cantar en cualquier momento.
En la recta final, Hitchcock vuelve a mostrar sus mejores artes en dos secuencias magníficas: una es la huida en el autobús, acrecentando la tensión minuto a minuto (reforzado con una música de John Addison que aquí me parece muy acertada; y excelente David Opatoshu). Sobre el personaje de la condesa Kuchinska, y aunque Lila Kedrova está muy bien, me da la impresión como si perteneciera a otra película, lo veo metido con calzador, incluso su interpretación constrasta en exceso con Newman y Andrews, que parcen unos pasmarotes (¡ese gesto de Newman como mordiéndose el puño!).
La otra, la confusión que Michael genera en el teatro con su grito de “Fire” para evitar el arresto. Dos detalles que aprecio en el teatro: a mí me ha dado la impresión de que cuando el púbico se agolpa para salir, varios de los extras están riendo. El otro tiene que ver con un detalle que en cierto modo nos devuelva a The Birds y a esos planos congelados del rostro de Melanie. Aquí el rostro que se congela, cuatro veces, es el de la bailarina (Tamara Toumanova), un gesto que nos informa que ha visto en el patio de butaca a Michael, al que inmediatamente denunciará a la policía.
La película acaba con un momento romántico que, en cierto modo, nos remite a un antiguo film de Hitchcock: Number Seventeen.
Ah, y una duda. ¿Cómo viajan de Berlin hasta el buque que los ha de trasportar a Estocolmo, porque que yo sepa en la capital alemana puerto no hay?
En resumen, un buen film, en el que los nuevos colaboradores de Hitchcock responden bien, tanto John Warren en la fotografía (a pesar de las transparencias) y John Addison en la banda sonora (salvo en algún momento puntual, demasiado facilón). Por cierto, he oído los fragmentos con música de Herrmann que se incluyen en el BD y tengo que decir que no me han parecido demasiado memorables, incluida la música del asesinato de Gromek.
La semana que viene nos toca Topaz. Espero una defensa ardiente de Alcaudón. De momento, intentaré leer la novela de Uris, aunque…![]()
Lo primero el fotograma que pedías:
Lo segundo...
... tendrá que esperar a mañana (bueno, ya hoy) que es muy tarde y ya debería estar en la cama.
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Ese es, sí señor. No me negaréis que el rictus de odio bestial del militar en cuestión se las trae (por cierto, que la cara me recuerda a Alberto Sordi
). Ese fotograma en especial le hizo daño a la película.
Me ha gustado tu review, mad dog. Estoy de acuerdo prácticamente en un 95 por ciento contigo.
Además, has hecho mención a alguna cosilla que a mí se me quedó en el tintero, y quería haber resaltado.
A mí también me gusta mucho esos planos del Berlín desolado. Son como esos elementos, testigos siempre en las películas de Hitchcock, de lo que sucede realmente. Son ese recuerdo del pasado, que en otras películas estaba representado por un cuadro de algún fallecido.
También es cierto que la escena de la muerte de Gromek, como hemos dicho todos, es capital en la película. Y todos la hemos alabado, pero por ser tan buena tiene algún elemento que cuesta trabajo entender.
Uno, como has dicho, es esa cara de circunspecto del científico norteamericano. Es la misma cara que podría haber puesto si se entera que su novia se ha quedado preñada sin desearlo. No es la cara que se espera cuando acabas de matar a alguien, sobre todo, si te estrenas en esas lides.
Y lo otro que no entiendo es, en la escena en que ellos dos, en el suelo, forcejean, de dónde saca la mujer del granjero fuerza suficiente para tirar no de uno, sino de los dos y llevarlos al horno. Eso no hay Cristo que se lo crea.
En la escena de la Condesa, Lila Kedrova está maravillosa. Yo creo que sí se debe mostrar así, excesiva, porque la pobre está ya que no puede más. El comunismo le asfixia. Sin embargo, son la pareja protagonista, y sobre todo él (otra vez con ese careto perenne, como diciendo, "a mí que me cuentas") la nota discordante, que estropea la escena, por otro lado, preciosa.
Como dije en mi crítica, me falta humor en los protagonistas, pero además, y sobre todo, en el caso del personaje de Newman, me falta mucha compasión, la suficiente para ponerse en el lugar de los demás, y no aparentar precisamente eso que tanto critican de los yanquis: ese orgullo y ese aire de superioridad.
Paul, quedas despedido!!!![]()
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Cierto, tiene cara de italiano con mala lecheEn cualquier caso, yo también sentí ese excesivo odio. Mi instinto era ver a cuántos se cargaba. Menos mal que Hitchcock no quería incidir en lo bélico del asunto y al final, según cuentan, solo fue unos rasguños. Lo que por otra parte nos lleva a lo increíble de algunas cosas en el cine de Hitchcock. Un tipo, que se supone entrenado, no mata a nadie con una metralleta. Y mira que tampoco es que fueran Carl Lewis o Bolt los pasajeros del autobús.
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Sí, uno se imagina que un energúmeno disparando desenfrenado con la metralleta se ha de cargar a un montón, o al menos dejarlos malheridos. También es brutal el momento del barco, cuando ametrallan las cestas, lo que pasa es que Hitchcock le quita hierro con unos apuntes humorísticos finales, pero no deja de ser un momento escalofriante.
Pero ese 5% marca la diferencia.¡Vive la différence!
Kedrova está muy bien, pero parece que pertenezca a otro film, por contraste con Newman y Andrews, que la escuchan como si oyeran caer la lluvia. Ella lo da todo, y los otros dos parecen alelados. Creo que la escena no funciona por culpa de la falta de conjunción entre los actores por un lado, y por otro porque a esas alturas del film el mecanismo narrativo se acelera por medio de la persecución y la introducción de un nuevo personaje más bien ralentiza el ritmo, abre una especie de paréntesis que no acaba de integrarse bien en el conjunto.
En el momento de las cestas, entran ganas de meter a la bailarina, la pedazo de guarr- e hija de p-, en una cesta, cerrarla con candado y ahogarla en el mar. Pedazo de mamarracha. La solución de Hitchcock es de mago. Nada por aquí, nada por allí, y aquí estamos, en suelo sueco.
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Que nunca nos falte esa diferencia. Es lo que nos incita a acercarnos todos los días.
Y sí, tienes razón, supone un parón ya en esa dinámica de huida de los personajes. Pero ya digo, si Newman hubiera puesto más corazoncito, la cosa habría sido más agradable para todos. Yo creo que la culpa la tiene la mierda de café que les sirvieron. Cualquiera pondría la cara de sieso manío que pone él.![]()
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¡Es que Newman se pasa toooooda la escena con el puño delante de la boca!¡Qué falta de recursos expresivos! No es propio de un buen actor como era Newman. Debe ser debido a una de esas incomprensiones del guion que se comenta que explicitó el actor al propio Hitchcock. Y, en fin, tampoco es que la señorita Poppins esté muy despierta.
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Yo he tenido dos decepciones con stars ultimamente, en el ciclo de peckinpah con Steve McQueen, y aqui con Newman, que uno espera mas.
Yo ya no se lo que creer respecto a Newman en Cortina rasgada. Por un lado, tenemos claro que ha sido un grandísimo actor y además, por entonces, en 1966, ya tenía algunas muy destacadas películas a sus espaldas. Pero por otro lado, si bien es cierto que, como también dijimos algunos, el guión no es para nada una maravilla, creo que tampoco Newman fue la elección más acertada (en este caso por el estudio, o sea, los productores o productor ejecutivo de la cinta). Eso me lleva a la conclusión de que, por muy bueno que sea un actor, no está igualmente bien en todos los registros.
De ahí por ejemplo, y hablando de otras cosas, lo valioso cuando alguien sirve para la comedia y para el drama.
Y es que creo que la sombra de los Stewart o Grant eran muy alargadas (el el cine de Hitchcock me refiero)
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Lo segundo...
Es curiosa (no tanto si recordamos las circunstancias políticas de los 60, con la construcción del muro de Berlín en 1961 o la crisis de los mísiles en octubre de 1962) la proliferación del cine de espionaje en todas sus formas, con series de películas alrededor de un espía más o menos glamuroso y con elementos más o menos cómicos: James Bond (Sean Connery), Derek Flint (James Coburn), Matt Helm (Dean Martin) o Harry Palmer (Michael Caine, quizá el mejor, aunque no llegara a ser tan popular como Bond), films dirigidos por directores de segundo nivel: Terence Young, Daniel Mann, Phil Karlson, Henry Levin, Sidney J.Furie, Guy Hamilton, Ken Russell y un larguísimo etcétera. Incluso John Huston realizó dos films de espionaje que, a mi entender, están entre lo menos brillante de su filmografía: La carta del Kremlin y El hombre de Mackintosh (con Paul Newman, por cierto), sin olvidar la ya citada anteriormente El premio, de Mark Robson.
El protagonista del siguiente largometraje de Hitchcock, Frederick Stafford (en realidad Friedrich Strobel von Stein), también hizo de agente secreto (OSS 117 o 505) en sus tres primeros largometrajes. Tal vez por eso le eligió Hitchcock o la propia Universal cuando pusieron en marcha el proyecto de TOPAZ.
Ah, y Phil Karlson no es un director de segunda fila. De hecho tiene un buen puñado de excelentes títulos dentro del cine negro de los años '50 (EL CUARTO HOMBRE (1952), CALLE RIVER 99 (1953) o EL IMPERIO DEL TERROR (1955)).
En ese mismo segmento en Leipzig, no me gusta la transformación que experimenta Sarah en la colina, cuando Michael le cuenta (aunque no lo oímos) cuál el motivo de su comportamiento. Haciendo el chiste fácil, uno espera que Julie Andrews empiece a cantar en cualquier momento.
Lo mismo que pensé yo. Julie Andrews en la cima de la colina al inicio de SONRISA Y LÁGRIMAS...![]()
Esta noche me toca a mi...y ya después comentaré algunas cosillas mías, porque de la película ya lo habéis dicho todo, todo y todo...
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Hombre, Alcaudón, lo de "segunda fila" referido a Karlson no está dicho con desprecio, sino por referencia al tipo de películas que solía dirigir: films de género con presupuestos tirando a bajos y generalmente sin grandes figuras en los repartos. Si la primera fila la forman Hitchcok, Ford, Wilder, Wyler, Preminger, Hawks..., creo que Karlson está un peldaño (o dos) por debajo. Ahora si no te gusta la expresión "segunda fila" te busco otra sin problema.
Todos esos films que citas y otros más de Karlson están en mi videoteca. Pero también hizo auténticos truños, como su película de Matt Helm.
Última edición por mad dog earle; 03/06/2020 a las 20:51
Entiendo a Alcaudón, pero es un dato objetivo lo que comenta mad dog sobre Karlson. Es más, puestos a romper alguna lanza, lo hago yo en favor de Daniel Mann. Este director sí trabajó con estrellas tan importantes como Burt Lancaster, Ana Magnani, Susan Hayward, Marlon Brando, Paul Muni o Elizabeth Taylor. Y de sus películas, salieron hasta tres ganadoras del Oscar a mejor actriz.
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Anthony Mann. Daniel Mann. Delbert Mann.![]()
Pues ya estoy preparando un programa doble en "el otro rincón" y una de las dos será de Phil Karlson, que por tener hasta tiene una película con Kim Novak.
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Aun así no lo consideraría un director de "primera fila". Además su agente Flint (que hace siglos que no he revisado) no pasa de contribución simpática al género.
De hecho ahora reparo en que Alcaudón me ha hecho caer en la trampa, porque yo no había dicho "segunda fila", sino "segundo nivel", que no tiene quizá esa connotacion peyorativa que parece herir alguna piel especialmente sensible.![]()
Última edición por mad dog earle; 03/06/2020 a las 22:39
"Cortina rasgada" (1966).
Vista por quinta vez y me reafirmo en lo que siempre he pensado: "es muy entretenida y está bien hecha"...Son 127 minutos y no se hace larga o pesada.
Me gusta ese principio con ese barco sin calefacción, todos los pasajeros en el comedor con abrigos, guantes y sombreros "heladitos"... sólo hay dos personas bien "calientes" y son sin duda nuestros protagonistas en la cama, "jugueteando" un poco...aunque ciertamente Hitch se pasó un poco con la cámara, pues enfoca tan cerca que se ve todo borroso y de caliente pasamos a gélido...
lo siento, pero estos dos actores no tienen nada de química...
este es el gran fallo de la película, y no porque Paul y Julie sean malos actores, todo lo contrario, cada uno en su estilo fue sublime en otras películas: él en "El largo y cálido verano", "Desde la terraza", "La gata sobre el tejado de Zinc", "El buscabidas", etc y ella en "Mary Poppins", "Sonrisas y lágrimas", "Millie, una chica moderna", "¿Victor o Victoria?...
Entonces esta "desgana" que se ve en la interpretación de ambos ¿a que es debido?, yo creo que Hitch no les prestó el suficiente tiempo para redondear sus escenas... interpretar las interpretan bien, pero sin alma ni pasión.
Me fijé cuando Paul escribe un telegrama, pero sólo enfocan la mano, o sea no creo que sea el que escribe verdaderamente, me quedé con las ganas de ver si era zurdo o no...
A mi me parece que el papel de ella está metido con calzador, no pinta gran cosa, sólo estar a su lado, tampoco tiene ninguna escena memorable, ni viste nada especial (esos trajes unicolor, naranja y luego verde... que poca imaginación tuvo Edith Head, repitiendo de otras películas), a mi me pareció muy sosa, y poco actractiva.
Paul Newman tampoco es que sea un dechado de elegancia en el vestir, pues usa trajes y camisas corrientes, que pena esos tiempos de Cary Grant y James Stewart que iban impecablemente vestidos...
Los momentos mas memorables ya los habéis dicho: las escenas del museo, la muerte del guarda espaldas Gromek, además sin música, el momento (39 escalones) en el teatro y el final con la confusión de las cestas...
Los únicos momentos simpáticos de la película viene por la intervención de Lila Kedrova, realmente una actuación memorable, y llena de chispa) o cuando la bailarina es menospreciada por segunda vez cuando baja del barco y se cree que el fotógrafo quiere una foto de ella, pero no, (anteriormente ocurrió lo mismo cuando bajó del avión y la prensa esperaba al profesor Amstrong)...
Lo más antipático me pareció dentro del autobús "duplicado", con esa mujer rubia dando la tabarra continuamente, por Diós, era para darle de bofetadas...
No será una obra maestra, ni un thriller de acción espectacular a lo James Bond, pero cumple con su papel de entretener al público en general.
Tengo entendido que no fue un gran éxito, y desde ese momento, Hitch no contrataría más a grandes estrellas para sus películas, la estrella sería el director, osea él mismo...![]()
Última edición por cinefilototal; 04/06/2020 a las 00:01
Supongo que será "5 contra la banca" ( 5 against the house)... sí la he visto, es sobre un atraco, con Guy Madison, Brian Keith y Kerwin Matthews, es bonita.
De Phil Karlson he visto hace poco:
- "El salario de la violencia", me pareció un buen western dramático, con Van Heflin y Tab Hunter.
- "Trágica información, con Broderick Crawford y Donna Reed, sobre periodistas que investigan un asesinato.
Fue un buen director, lo que pasa es que al trabajar mayoritariamente en un pequeño estudio como Columbia Pictures, pues siempre andaba entre la serie "B" o la serie "C", pero tiene buen pulso narrando historias y enfocando bien a los actores, como digo, a mi me gusta y tengo un buen montón de sus películas en mi colección.