Tema: Sirat (Oliver Laxe, 2025)

Pues vista al fin. Intenté pillarla en su pase por cines pero se me escapó, y ahora que anda en Vomistar plus pues perla.

Aun con todo no he ido con ideas previas a verla, he escapado de todas las entrevistas a su director y pese a que la cinta ha tenido una gran exposición, mi experiencia ha sido lo más virgen posible.

Creo que como mencionáis la película tiene dos partes muy claramente diferenciadas. Casi como si fuesen dos formas de entender la película, la historia o más bien dos objetivos distintos con ella. Me pasa que me funciona muy bien una parte, pero en cambio se me antoja extraña la segunda. Ojo no especialmente negativa, pero desde en mi opinión carga con un a serie de detalles que para mi la lastran.

No creo nadie pueda tener control sobre qué debe ser una película o mucho mejor, que no. Pero cuando de alguna manera defines unas normas, un ritmo, cadencia pero sobre tono, creo que es problemático cuando te lo saltas porque haces que me plantee tus objetivos para hacerlo. Creo que la segunda mitad de la película se vuelve extraña pues pasa a ser brusca e incluso vulgar. Creo que esos golpes de efectos hacen que termine siendo risible, quizás absurda no lo se, pero desde luego me contrasta demasiado y creo que hay en ello un exceso de buscar la atención o de romper.

Si vale, me sorprende el primer giro pero para el segundo, tercero y cuarto dudo de qué estoy viendo. Pero a la vez la película es extrañeza todo el tiempo, por estética, por personajes, por el entorno donde se desarrolla así que bueno, es como es.

Creo que es una peli a celebrar, creo que tiene unas referencias que son muy frescas y que le dan un aura especial y que desde luego tiene un desarrollo que hace que te mantengas pegado todo el tiempo. Pese a sus excesos la compro absolutamente.

Hacía tiempo que no veía una mierda tan grande y pretenciosa como Sirat. Cada plano es un recordatorio de que Laxe sabe iluminar, sabe encuadrar, pero no sabe contar historias., pero todo parece sacado de un vídeo de Luisito Comunica. La cámara acaricia lo banal y pretende que eso sustituya a la emoción. Las raves no generan energía, solo una sensación de ridículo estético: luces de neón, beats vacíos y personajes que bailan como extras perdidos, mientras uno se pregunta por qué alguien decidió pagar por ver esto. Parece que la película la ha filmado un ravero pestufero de 19 años que le sisa pasta a su madre para comprarse una camiseta con el logo de Rosalía.

Los diálogos son como un nuevo single de Los Planetas: superfluos. Frases que quieren ser profundas se estrellan contra la realidad: nadie dice nada, nadie siente nada. El director parece creer que el silencio y la lentitud son sinónimos de trascendencia. Spoiler: no lo son. El resultado es un espectáculo de pretensión, y un cine que se mira a sí mismo y cree que eso basta para emocionar al espectador. Oliver Laxe es más plasta que Panza de burro de Andrea Abreu. Es el clásico autor que le gustaría a los redactores de Rockdelux, que son más plastas que la propia Abreu, si cabe.

El cine español es algo muy triste. Es como cuando te hacen una colonoscopia: frío, incómodo, con alguien mirándote el interior mientras tú te preguntas cuánto tiempo más va a durar esto y por qué nadie te avisó de lo desagradable que sería. Esa misma sensación te acompaña viendo Sirat, que es un recorrido largo, lento y doloroso por la solemnidad impostada de Laxe, por raves de desierto que no importan a nadie, por actores que miran al vacío como si fueran poetas místicos, mientras tú, espectador, sólo quieres que termine la película para ver Soldado universal de nuevo.

Pero vamos, que abunda la gente que le gustan Los Planetas, Andrea Abreu y la Rockdelux, así que Laxe les flipará.