Acabo de repasar esta OBRA MAESTRA de John Carpenter, por desgracia, en VHS con formato mutilado, pero hasta que no salga en DVD, es lo que hay...
En su día, cosa curiosa, la alquilé en VHS (editaba Lauren) y tenía un fallo, ya que salía una línea blanca encima de la pantalla que hacía desaparecer el sonido. La devolví, y la alquilé en otro videoclub distinto, y... ¡voila! Exactamente el mismo fallo. Me irritó muchísimo, y no pude verla hasta que la echaron en TVE1 unos años después, que grabé y que he revisionado hoy.
Después de dirigir varias obras maestras en los ochenta (La niebla, La cosa) personalmente, después de "Están vivos" perdió mucho, y su única obra maestra a la altura de las que he mencionado es esta joya inclasificable de terror, que, sin basarse en ningún relato suyo, es de las que mejor han plasmado el mundo del escritor Lovecraft.
La historia que John Trent (genial Sam Neill) un escéptico y pesimista detective/agente de seguros cuenta al psiquiatra doctor Wrenn (David Warner) desde una celda acolchada en un manicomio es la de Sutter Cane (inquietante Jurgen Prochnow) un super escritor de novelas de terror, el más vendido y leído del siglo XX, que combina el estilo fácil de Stephen King con los horrores cósmicos y sofisticados de Lovecraft. Cane desapareció, y la editorial que publica sus libros contrata a Trent para encontrarlo. Que el agente literario de Cane sea el loco con un hacha que ha atacado a Trent en el centro de la ciudad no es un buen augurio para la investigación, así como el hecho de que varias librerías de la ciudad han sido saqueadas por sus lectores más excitables, pero a pesar de ello, Trent se embarca en un viaje en busca de Cane, acompañado por la editora Linda Styles (Julie Carmen, más sosa que otra cosa). La investigación les conducirá a Hobbs End, pueblo que aparece en varias novelas de Cane, pero que se supone que no existe...
Un viejo escalofriante montado en bici, un puente que simboliza la salida de la realidad para entrar en el mundo de Cane, y ya estamos en los dominios de Carpenter, donde puede suceder de todo y nada es lo que parece. Niños escalofriantes, como los que veremos más adelante ese mismo año en "El pueblo de los malditos" perros que pierden el control, un pueblo muy bonito pero vacío, cuadros que cambian su contenido conforme pasa el tiempo, ancianas simpáticas que se convierten en sádicas asesinas, suicidios, una iglesia pagana, desapariciones... todo ello gira alrededor del misterioso Sutter Cane.
Lo más alucinante de la película es como Trent se empeña en negar que todos esos sucesos sean reales. Él cree que todo es un montaje publicitario de la editorial para conseguir más lectores, y en ningún momento se toma en serio todo lo que sucede a su alrededor, aunque su comportamiento se vuelve más irracional y nervioso conforme los sucesos inexplicables se acumulan y él pierde el control de la "realidad" que tanto aprecia, y que en Hobbs End no es lo que nosotros entendemos.
La parte final, cuando Cane entra en el juego y va explicándole a Trent, progresivamente, su papel en esta historia, es la más jugosa. Trent es un muñeco sin control que no puede escapar al destino que el escritor de novelas de terror convertido en Dios le ha preparado.
El final [spoiler:a1d60c0935]una vez terminada la historia y el mundo convertido a la nueva "religión" es lo mejor. Trent escapa del manicomio y entra en un cine donde se proyecta la película basada en la última novela de Cane, la novela que vuelve locos a sus lectores. Lo que ve en la pantalla es lo que hemos visto nosotros, es decir, a si mismo en su aventura de Hobbs End. La película que hemos visto es la película que vuelve loca a la gente. Así lo entiende Trent, profiriendo una ruidosa carcajada mientras pierde la razón. Ha sido solo un personaje más en una historia ajena. Dios es un escritor de novelas de terror.[/spoiler:a1d60c0935] Sencillamente, genial.
Los momentos de verdadero terror, o por lo menos, de desasosiego, abundan en la cinta: ese policía brutal cuyo rostro se vuelve deforme en los sueños de Trent, el ciclista que también cambia, de un niño a un decrépito anciano, los niños del pueblo, el ataque de los perros... por no nombrar los que se suceden al final.
El gran Carpenter no volvería a serlo en la década de los noventa, ni con sus películas anteriores, Memorias de un hombre invisible (considerada por la mayoría de sus fans como su peor película) y Body Bags, un telefilm con bastantes cameos y co dirigida por Tobe Hooper. Después El pueblo de los malditos siempre la he considerado una película sin alma, y Vampiros no llega a conseguirlo. Fantasmas de Marte me parece todo un tropezón en la carrera del maestro.
Para mi, la mejor película de terror de los noventa.