Atom Egoyan: canadiense , de padres armenios, y nacido en el Cairo.

Con semejantes origenes, la palabra sencillo no parecía entrar dentro de su vocabulario genético.

Y en efecto, el cine de Atom Egoyan no es para nada sencillo, aunque paradójicamente ( y este es uno de los mayores logros de su obra ), sus personajes si que son gente normal, que hablan y se comportan como cualquiera de nosotros.

Nada en principio nos aleja del Bruce Greenwood de Exótica, aunque su obsesión por la bailarina de striptease sea patológica, ni podemos llegar a odiar del todo al Bob Hoskins de El viaje de Felicia, por mucho que su mundo nos parezca tan claustrofóbico como insano.

No hay nada en apariencia extraordinario, pero al mismo tiempo, el conjunto de las historia que Egoyan teje, está cubierto de una fascinación absoluta por la realidad.

Esa fascinación, emparentada con cierta sensación de extrañeza, alejamiento y sentimiento de pérdida, la ejecuta no en una realidad alternativa, sino en la más cercana y reconocible:

un pequeño pueblo donde todos se conocen (el dulce porvenir), el departamento de aduanas de un aeropuerto (Ararat) , un vivero (Exótica)...

Las plantas también aparecen en Ararat, seguramente sean un símbolo, así como la naturaleza, cuya belleza de color verde es recurrente en su cine. ¿ Tal vez por que su belleza se asienta en la tierra marrón, mucha más oscura ? ¿ Igual que la belleza de sus personajes, que esconden una tragedia interna en lo más hondo?

Otro aspecto a analizar sería el de la memoria, que bien a base de flashbacks o de vídeos ( otro símbolo en su cine, ¿ una posible reflexión acerca del poder del cine como testimonio de una época ? ), nos acerca al alma de sus protagonistas, ya que la clave de su comportamiento actual y disfuncional, se debe a una causa no resuelta en tiempos anteriores.

Solo he visto de este director 4 películas:

las ya mencionadas Exótica, El dulce porvenir, El viaje de Felicia y Ararat.
Y tengo muchísimas ganas de seguir disfrutando de su cine y de su genio. :amor