Denunciados dos cabezudos por lesiones a una menor en Torrero
Recibió varios golpes en el costado y en las piernas, según la Policía Local. La comparsa descarta que hubiera ensañamiento.
L. COTERA/ M. GARÚ. Zaragoza | P. P. S., una niña de 12 años de Torrero, ha vivido esta semana en su barrio unas fiestas de miedo, pero en el sentido literal. De hecho, una venda en el costado y varias magulladuras en su pierna izquierda le recuerdan su primera ("y última", como ella misma matiza) salida en la comparsa de cabezudos.
El martes pasado, la chica se unió al juego con sus amigas. "Estábamos medio escondidas, en los coches que están frente a las piscinas, y cuando vimos venir a la Baturra nos echamos a correr", explica P .P .S . "Ella se fue, pero el que llevaba la cabeza del Payaso me alcanzó y me dio un latigazo muy fuerte en el costado que me hizo sangrar", recuerda.
Dolorida, intentó protegerse en un taller mecánico, pero el dueño le obligó a salir a la calle. Entonces, y según la menor, el Morico la alcanzó y le propinó dos latigazos en las piernas. "El látigo llevaba dos nudos, y me hizo mucho daño", asegura. Después, la menor corrió a refugiarse en un portal, hasta donde la siguió este último cabezudo, que sin embargo no pudo cogerla "porque no le cabía la cabeza por la puerta del portal", según relató P. P. S.
Un viandante avisó a una patrulla de la Policía Local de lo sucedido, y los agentes identificaron a los dos jóvenes que llevaban las cabezas del Payaso y el Morico, y que responden a las iniciales de R. M. y P. T. T., y tienen 24 y 20 años respectivamente.
Mientras, los padres de la chica la acompañaron a los servicios de urgencia del hospital Miguel Servet y, después, se dirigieron a denunciar los hechos.
Ayer, decenas de niños se agolpaban a las puertas del centro cívico de Torrero esperando a los cabezudos, aunque la noticia ya había corrido como la pólvora. "Dicen que, aparte de lo de esta chica, a otra pequela la metieron en una cabina y no la dejaban salir", explicó Jeni, de 11 años. "A mí me da miedo, porque este año pegan demasiado fuerte", añadió.
Según varios vecinos, los cabezudos hacen sus látigos con cuerdas de tender y luego las anudan en las puntas, lo que hace más doloroso el golpe.
Por su parte, los representantes de los cabezudos de este barrio se mostraron ayer muy "extrañados" de que uno de ellos hubiera causado sangre a una niña pequeña y, además, se hubiera ensañado después. "Nosotros no arremetemos contra los chicos o las chicas más pequeños", explicó uno de ellos. "Además, debido al volumen de las cabezas tenemos problemas de visibilidad, vemos muy poco de frente y nada de lateral", aseguró.
Un compañero, incluso recordó que, en alguna ocasión, ellos se han lastimado para no tropezar con alguna persona. Por lo demás, ninguno de los once chicos (se turnan para dar vida a los ocho personajes) recordaba el episodio del pasado martes. "La policía nos preguntó, pero tampoco pudimos decirles mucho más", comentaron.
Además, recordaron que no deben ponerse en primera fila los chicos menores de 16 años, y pidieron a los padres que controlen que sus hijos más pequeños respeten esta indicación.