La he podido ver. No diré que me ha decepcionando, puesto que la película me parece de notable alto, pero creo que es inferior a su película hermana: Knight of cups.
Hay algunas diferencias que voy a ir clasificando:
- La cantidad de personajes: Bien es sabido que Malick siempre cuenta por un conjunto de actores en vez de con un protagonista solitario. La diferencia entre Song to Song y su anterior trabajo es que, al fin y al cabo, la historia de esta última se movía en torno a Christian Bale. Las mujeres no eran más que episodios sentimentales en la vida de Bale. En Song to song nos encontramos con un trío (Fasbender, Mara y Gosling) que hasta bien pasada la hora están dotados de la misma importancia. Y a esos hay que sumar a Natalie Portman y Cate Blanchett entre otros. Entonces, tenemos muchas tramas individuales que al final se llegan a entorpecer un poco unas a otras con tantos cortes. Y esto nos lleva al siguiente punto.
- El montaje: Knight of cups era una delicia narrativa. La película se desarrollaba por episodios, y cada uno de ellos tenía su personaje femenino. Capítulos sueltos en la vida de Bale que juntos formaban su experiencia con el amor. Claro, al final uno tiene la sensación que Malick, aun habiendo rodado estas dos películas juntas, sentía más predilección por la historia de Knight of cups que por Song to song. Donde en una hay ordenación en la otra hay caos. Sigo dándole vueltas al film y me pregunto si esto era intencionado, ya que el mundo de la música (el tema de STS) es como una montaña rusa.
- Los planos: Siento comparar una película con otra, pero es que en el fondo tratan de lo mismo ( amor, la vida, el vacío e incluso la fe) que se me hace imposible no hacerlo. La belleza de StS es innegable, cada plano es precioso, pero algunos parece que no tienen significado. Como si Malick los escogiera solo porque estéticamente son preciosos. Con sus anteriores trabajos, y sigo haciendo énfasis en KoC, no me pasa eso. No se me sobra ningún plano porque todos tienen sus motivos para estar ahí, incluso cuando no llegaba a comprender la metáfora que me quería contar el genio tejano. Sin embargo, en StS no noto eso. Algunos planos parecen estar ahí para no descartarlos del metraje original de 8 horas.
- La música: El Malick más atrevido. Acostumbrado a que nos deleitara con sinfonías, composiciones clásicas, aquí tenemos música casi de todo tipo. De hecho, en los primeros minutos hay música electrónica (lógico, al estar en una especie de festival), algo que choca conociéndole. Está claro que si te gusta la música que aparece la notarás en consonancia con las secuencias, pero a mí había en ciertas partes donde no sentía que sonido e imagen fueran como uña y carne. Seguramente esto último que he dicho lo rectificaré con futuras revisiones.
- La trama: En relación con los dos primeros párrafos la trama se vuelve algo confusa con tanto cambio de personajes. Es cierto que ya en To the wonder o en Knight of cups podía costar captar toda la historia en un primer momento dada la libertad de la narración. Aquí se vuelve un poco más complicada y ahora mismo sigo dudando sobre si ciertas subtramas son flashbacks o no.
Spoiler:
- La fotografía: Junto con su anterior película, es su trabajo donde fotográficamente destaca "menos". Lo pongo entre comillas porque esta fotografía en otro lugar la calificaríamos casi de sobresaliente. Ya no sorprende Lubezki aunque esto no me importa.
Leyendo todo esto puede parecer que no me ha gustado, pero aseguro que es lo contrario. Eso sí, creo que es el Malick más radical y experimental. También tengo que decir que los casi 130 minutos no se me han hecho largos para nada.
Hay que aclarar que los trabajos de Malick son inabarcables en un único visionado y lo más seguro es que no se consiga apreciar todo en una vez. Cuando vi El árbol de la vida hace años recuerdo que me dejó una sensación rara. Sabía que estaba ante algo muy grande pero no era del todo consciente de lo acababa de ver. Hoy en día, y después de revisionarla muchas veces, la considero la película más importante del siglo XXI. Con Song to song, estoy seguro que me pasará lo mismo; que ese notable (alto) se convertirá en sobresaliente. Y, sobre todo, cuando la vuelva a ver con el paso de los años será con la nostalgia de ese cine tan libre -tan experimental- que probablemente no volvamos a ver. Porque recordemos que Malick ha dado por finiquitada esta etapa. Para mí, muy acertada y bellísima. Dios salve a Malick.