Me alegró muchísimo el lanzamiento del Star Trek XI de Abrams, un producto que competía en igualdad de condiciones con otras franquicias infinitamente burdas cuyo único mérito estaba en el presupuesto para FXs (ST Némesis compitió con menos de la mitad que la del 2009). Puede no ser muy fiel a la fundacional Star Trek TOS, pero (por esa regla de tres) tampoco lo fueron entregas como "The Final Frontier", y por supuesto "Star Trek: The Movie" (que guste o no guste, rememora bien poco). La de Shatner sí que faltaba en esencia, tono y coherencia a cualquier trabajo previo.
Puede que Star Trek (2009) no sea una obra maestra, pero deja en pañales muchas apuestas épico-fantásticas y lo hace con elementos válidos dentro del universo creado por Roddenberry. Ya era hora de que el gran público pudiese catar algo tan maravilloso, aunque la paramount haya tenido que masticarlo por ellos para que no se les atragantara. Ahora, con la llegada de "Into Darkness", toca profundizar más en ciertas temáticas más propias de Star Trek, con la complicidad de un público que justifique la inversión. El problema sería que no se avanzara tras la reinvención de Abrams.