Me dan ganas de reir y llorar a partes iguales; definitivamente, el mundo es y será de los idiotas.
Ahora bien, dicho esto, no puedo negar que, visto en la peli, el momento en cuestión es tan, tan gratuíto, que llama demasiado la atención y casi provoca una extraña pausa narrativa, porque te saca un poco de la película. Por descontado, se entiende como una gracia sobre el perfil que ya nos han venido pintando de Kirk como poco menos que un frat boy con las hormonas descontroladas; pero, aún así, te quedas un poco en plan ¿Y esto?
Pero lo de que Lindelof quiera convencernos de que en realidad es algo preñado de significado que no puede revelar sin desvelar algo que hará que cobre sentido más adelante en la saga... igual es que nos lo va a explicar en la segunda entrega de PROMETHEUS.
Ya le vale...![]()