
Iniciado por
BruceTimm
En desarrollo narrativo y discursivo, sin ir más lejos. Hasta su solemnidad me resulta pueril en ocasiones, francamente. Conceptualmente son rescatables (intentan apelar a algunos tropos Lucasianos), pero son libretos entre mundanos y apenas aseados (una constante en su bagaje, afirmo), redundantes, funcionales bajo mínimos, dilatados hasta la extenuación (pueden sobrarme la mitad de los capítulos, fácilmente), con una prosopopeya que por impostada acaba siendo impretendidamente desopilante en más ocasiones de las deseables, colmados de sobreexposiciones que harían sofocar a Nolan, soflamas inacabables (algunas rondando los diez minutos) sobre la libertad y una pretenciosidad sin apenas profundidad que me resulta hasta entrañable, patadas al lore de todos los colores y situaciones forzadas al margen. En este mismo hilo tienes mis análisis de algunos episodios de la primera temporada en los que me detengo en concretar mis numerosos problemas con el serial.
Por otra parte, coincido contigo en aquello de catalogarle como mercenario (no hay nada de malo con el término), si bien lo de funcional lo reservo exclusivamente para algunos pasajes concretos algo más enfocados, a falta de concederle a la segunda temporada el tiempo necesario para realizar un análisis con los pertinentes elementos de juicio. En lo que a mi criterio respecta, está lejos de ser un artesano solvente (siendo rotundamente la más interesante de las figuras asociadas a Kennedyfilm, reitero, aunque eso no signifique demasiado atendiendo al nivel competencial general), no digamos ya un autor. Que atienda a sus propios intereses me parece lícito, coherente e incluso lúcido. Su problema conmigo, entre otros tantos ya mencionados, es que los intereses de Lucas me resultan mil millones de veces más edificantes, interesantes y, por qué no decirlo, divertidos. Ese delicioso escapismo, su sentido de la maravilla, esa sumisión pulp con punto naif puede ser lo que más eche de menos. Aquí ni está ni se le espera.