Ni punto de comparación.
En la época de la trilogía original, ni siquiera se sabía que el Episodio IV iba a dar para 2 películas más. Por tanto era imposible planificar nada.
Las precuelas no estarían planificadas al 100%, pero si había un armazón de la historia pensado desde antes de rodar el Episodio I (cosas como que órganos de comercio ayuden a Palpatine a medrar en el Senado, las Guerras Clon o la pelea de Obi-Wan y Anakin). Se ve como una historia de más 6 horas dividida en 3 partes, lo cual no significa que no hubiera errores, pero nada que ver con lo de ahora.
En esta nueva trilogía, ¿qué hay?, una improvisación desde el inicio, con cambios de guionistas y de directores incluidos y sin una figura creativa detrás controlándolo todo.
El Episodio VII solo es un conjunto de situaciones y personajes sin explicación (¿quién es Maz Kanata?, ¿por qué conoce la Fuerza?, ¿qué pasa con la República?, ¿por que está el sable laser de Luke donde está y ahora tiene el poder de invocar imágenes del pasado?, ¿por qué Luke huyó y la clave para dar con él la tiene el personaje desconocido de Max Von Sydow?, ¿quién es Rey?, su pasado, su manejo de la Fuerza, etc, etc, etc ), que acaba con una trama apresurada sobre una nueva Estrella de la Muerte, que es la más poderosa de la saga y a la vez la más fácil de neutralizar y destruir.
El Episodio VIII, una continuación que no solo no muestra ningún interés por seguir la historia iniciada sino todo lo contrario, parece intentar huir como sea de lo propuesto anteriormente (¿quién es Snoke y cuales eran sus planes?, el asunto de los padres de Rey -ambas cosas que ahora el Episodio XI probablemente se verá obligado a arreglar-, ¿qué pasa con los Caballeros de Ren?, ¿Maz Kanata?... ¿Luke?).
Así ahora, más que un Episodio IX que cierre una trilogía de una forma épica, será una película que tendrá que tratar de ordenar el desbarajuste creado y darle algo de sentido a la historia.