Ha quedado cristalino.
“Ehhh…como se atreve a insultarme ofreciendome tal suma….
….bueno, déjeme oler uno…..la verdad es que tienen un tacto formidable, quien lo diría ….
….lleneme la bolsa, donde tengo que firmar….por cierto, les pido mil disculpas….”
Días más tarde:
“Menudos canallas: han usurpado y vilipendiado mis más queridos tesoros y creaciones….aunque estos billetes siguen teniendo un aroma fabuloso…..y no se pegan a la yema de los dedos, que gusto da contarlos cada noche”