Pues desde un punto de vista del packaging, como objet d'art, ¡menuda birria! Los dibujos son ho-rren-dos, y el sistema ese de hojas de plástico para alojar los discos, como si fuesen hojas de un libro, es kitsch y feo. Un trabajo de diseño realmente anondino y cutre. Los fans de Star Wars no se lo merecen. O sí. No, en realidad no.