Aquí no cabe equidistancia, las salidas de tono o debates más o menos fundamentados que se dan en ese "polo opuesto" no tienen el alcance irracional e intolerante que tienen los de siempre. ¿Se dan? Claro, pero suelen ser ridículos, son minoritarios, y no tienen alcance e impacto que el polo opuesto. Más que nada porque no cuentan ni con los medios económicos ni mediáticos para ello. De largo.
Mi percepción de esos extremos que se dan la mano, es que suelen estar en esas cuestiones en el mismo bando, aunque quieran envolverse en diferentes banderas. Lo que es prístino, evidente y lo padecemos (algunos físicamente) es que uno de esos extremos se está volviendo hegemónico. Y eso da miedito, aunque ahí estaremos, donde hay que estar.
Ahora sí, cierro.