Uno de mis mitos eróticos por excelencia desde aquella ya legendaria sesión del cine de mi barrio, siendo yo pequeñito, en la que proyectaban "El quinto mosquetero", versión de "El hombre de la máscara de hierro" dirigida por Ken Annakin de la cual en España, como mandaban los cánones de la era del destape pero sin que ninguno de nuestros padres lo supieran, se incluían escenas de desnudos de Ursula Andress y nuestra querida Sylvia a la que tristemente despedimos hoy.

No hace mucho vi un reportaje en la tele en la que era entrevistada, y me sorprendió por un lado lo guapa que aún se conservaba a su edad, y por otro los amargos recuerdos que conservaba de su época de esplendor, marcada por el consumo de drogas, relaciones desafortunadas y un lento discurrir cuesta abajo desde su debut fulgurante con "Emmanuelle".

Nunca fue buena actriz (ella misma reconocía no ser capaz de hablar y caminar a la vez ante una cámara) pero no me diga ninguno de los hombres, y quizá alguna mujer, de los que nos leen, que no les hubiese gustado estar en el lugar del señor de la foto:



Hasta siempre, preciosa.