Vuelvo a decir lo que dije el otro día.
Risto es un bravucón, pero es fácil dejarle sin palabras. Es imposible que Risto se ría de ti si haces las cosas bien. Puede reírse de tu ropa, de tu forma de bailar o de cualquier cosa que le dé la gana. Porque él es así, busca el espectáculo.
Pero cuando algo está bien, está bien.
A mí lo que me jode de lo que está pasando es que hay gente que realmente vale y a la que realmente le puede ir bien la oportunidad y por cosas como esta se valora lo que no se debería valorar.
A mí me da igual que Noelia o Chipper o Iván se caguen en todo lo que se tengan que cagar: a mí lo que me importa es que CANTEN. Y cantan. Tienen cosas que mejorar y en las que trabajar.
Por eso, en parte, añoro cómo TVE trataba el formato. Nada de teletiendas ni grandes hermanos. La gente los valoraba por lo que cantaban y por cómo les caían, pero sin resúmenes tan exageradamente verdes como los de ahora. Y eso provoca que alguien se plantee incluso votar a Esther como favorita (¿¿¿???) porque le da penita o que se plantea echar a Virginia porque va rajando (y es lo que ponen en los resúmenes).
Lo cierto es que hasta me ha gustado más cómo ha tratado Cuatro a los chicos de Fama. Que obviamente ha habido gente que ha votado por sus simpatías o sus antipatías, pero lo cierto es que cuando oía a la gente hablar del programa hablaban sobre si tal baila así o se lo curra más o menos.