Es que ahí está la clave. Los Vengadores se convirtió en un fenómeno por su redondez como entretenimiento perfecto, El Caballero Oscuro por su enorme calidad en guión, interpretación y elementos visuales.
Black Panther, en cambio, como película es muy normalita. Pero el fenómeno que ha ocasionado es sobre todo de tipo sociológico por el componente racial. De hecho, es un fenómeno muy localizado en EEUU.
Sólo hay que mirar un dato: en EEUU ya es la segunda película más taquillera del MCU, sólo por detrás de Los Vengadores (que allí es, recordemos, la quinta película más taquillera de todos los tiempos), y tiene posibilidades de superarla.
En el resto del mundo, en cambio (y a pesar de que el éxito en USA la empuja), estaría en el puesto 12 del MCU, aún por detrás de moderados éxitos como Thor 2 o Dr. Strange. Sólo tiene por debajo las películas pre-Vengadores y Ant-Man. Por lo tanto, es previsible que acabe en la media del Universo Marvel, nada que ver con las históricas recaudaciones en EEUU.