Un pez llamado Wanda: uffffffffffffff, cómo se ha cargado el tiempo a este film.
10 gags de carcajada (por interpretación, más que por un texto algo burdo) son lo único que brilla en una pésima realización y acabado, con estructura y ritmo de salón de té en casa okupa. Por no hablar de las resoluciones de la película.
Un RIP de la virgen.