Un director (o artista de cualquier disciplina) tiene que ser pretencioso a la hora de abordar cualquier proyecto. Siempre. Si no no solo resultaría una perdida de tiempo sino que además la obra acabaría viéndose repercutida negativamente.
Desde mi punto de vista, cuando a un director se le tilda de pretencioso con la intención de desprestigiar su trabajo (o incluso su persona), no tengo la sensación de que se esté diciendo realmente nada en concreto; lo único que saco en claro es que para dicho espectador, ese director no ha cumplido con las expectativas que cree que tenía marcadas desde el principio, viéndose superado técnicamente por su propio objetivo inicial; pero esa apreciación, aunque puede ser más o menos acertada, no deja de ser un análisis absolutamente subjetivo por parte del espectador a no ser que el propio director lo ratifique a posteriori. Desde mi punto de vista, el director mal llamado pretencioso es aquel que busca un resultado que no consigue realizar con precisión, nada más; pero esta circunstancia jamás la he considerado un aspecto negativo como para desvirtuar el trabajo de un artista. Es más, benditos sean los directores que tengan el deseo de hacer cosas grandes para maravillarnos a todos aunque desgraciadamente no lo consigan. Otra cosa es que se utilice el termino para definir un director con ínfulas. Y ahí ya entrarían consideraciones de carácter personal que a mí personalmente no me interesan en absoluto. Si un director no me cae bien por lo que sea, simplemente lo ignoro y punto, no voy más allá.
Una última consideración que me gustaría hacer es que, si se está comparando a Nolan con Spielberg por la presencia mediática o por la capacidad de llevar a la gente al cine no tengo nada que decir, pero si la comparación es en cuanto a estilo habría que matizar un poco. Es cierto que busca deslumbrar y apelar al espectador con formulas sentimentalistas similares, pero yo veo un intento muy consciente de aproximarse formalmente más a Kubrick que a Spielberg. Intento interesante pero infructuoso, dado que busca la aprobación y el contacto emocional del espectador de una manera que jamas le permitirá acercarse a la forma de filmar de Kubrick. Es precisamente esa mezcla de lo formal con Kubrick (sobre todo en la composición fotográfica y música) con el sentimentalismo de Spielberg (tratamiento de personajes y dinamismo en el montaje) lo que creo que provoca situaciones rimbombantes o sobredimensionadas para muchos espectadores. La puesta en escena de Kubrick está fabricada expresamente para retratarnos el contexto y que sea este el que hable al espectador, mientras que Spielberg filma pensando en manipular al espectador tomando como base el hilo conductor argumental que está en primer plano para guiarlo a lo largo de la historia. Dos formas de concebir el cine contrapuestas difíciles de equilibrar pero que, a veces para bien, a veces para mal, acaban conformando el cine de Nolan. Aunque Nolan no es ni uno, y ni mucho menos, el otro.