Mi amigo fue a una, y se levantó al aseo, y al volver, con todas las caras iluminadas, solo él la llevaba. Lo menos 40 personas. Decidió denunciarlo en taquilla, pedir el reembolso de la entrada y lógicamente entró el gerente, se la pusieron y siguió la película.

Decidí entonces que el cine este año se acabó para mí. El de verano, no. Pero no he ido aún, por cierto.