Solidisima secuela, en varios aspectos superior a la primera (y igualmente) notable entrega.

Derrickson abraza sin complejos, un aire ochenter (Carpenter meets Sinister meets A Nightmare on Elm Street) con claras aptiudes de iconicidad, no solo por su escenario helado con ecos a la Cosa de Carpenter y su perfido villano -Ethan Hawke esta igual de terrorifico que en el primer filme-, ademas de imprimir un mayor grado de violencia y drama.

No en vano, aqui Madeleine McGraw se lleva el tope protagonista en un simil de final girl, con un Mason Thames que aunque es mas secundario, sigue siendo solvente como en su primera parte, se agradecen ciertos golpes de humor en tono con el aire de slasher que la pelicula adopta en su metraje, con su consabido sabor a King, claro.

En mi top del año, cine de terror del bueno.