La de Romero es bastante morosa y tosca, está contada desde el punto de vista del ejército y rezuma cierto humor negro en algunos pasajes (la vieja haciendo ganchillo). Es puro cine de guerrilla.
La de Eisner presenta variaciones interesantes como la dualidad del personaje de Joe Anderson, mostrar el asedio como si fuera un campo de exterminio o la idea de no enseñar la cara de los representantes del ejército. Eso sí, obvia la escena de la violación de un padre a su hija (Lynn Lowry, quien tiene un cameo en la nueva versión como la infectada que pasea en bicicleta).