Las facilidades, que con 93 años son relativas, y mimo que va a recibir el bueno de John van a ser épicas por parte de la gente de su entorno de tantos años. Quizá vaya a recibir las mejores atenciones que cualquiera de su gremio vaya a recibir jamás, esperando, por supuesto, que la labor que acomete a estas alturas no le vaya a robar ni un día de vida. Su bienestar es lo primero, que es como un padre para todos nosotros.
Tiene que estar emocionado, muy emocionado, por todo lo que rodea a este proyecto y seguir al pie del cañón con los suyos; casi como para llevar un diario en el que apuntar puntualmente todo el desarrollo del proyecto. Y garantizados estarán si hacen falta chequeos médicos cada pocos días. Porque si Williams está a bordo, eso es por la ilusión por todo lo alto de todos los implicados y porque lo han visto factible desde el primer minuto. No hay vuelta de hoja.