Entre el tono documental y el "coming of age" estilo Boyhood o la olvidada Bestias del sur salvaje, Baker realiza un modesto pero resultón producto. Enfoca su historia en un extrarradio y se cuela en la vida cotidiana de unos niños que (sobre)viven ajenos a los problemas que les rodean. Se nota la buena mano del director tanto con los actores como con la puesta en escena, y aunque el resultado es muy irregular desprende mucha energía, honestidad e irreverencia. Los niños roban todo el protagonismo con su gran naturalidad. El final es muy marciano.